MÚSICA – BARCELONA – CRÓNICA
Son cada vez más los artistas que se plantan en un concierto con efectos para modular la voz y/o con las pistas musicales pinchadas directamente. Por eso, especialmente en el género urbano, es de admirar que cantantes como Sebastián Yatra salgan al escenario con un cuerpo de baile, músicos tocando en directo y su voz cantando por encima de la base. Eso dice mucho del que es considerado uno de los artistas musicales más importantes del panorama internacional actual.
Yatra actuó anoche en el festival Les Nits de Barcelona con todas las entradas vendidas. Un recinto quizá más pequeño de lo que está acostumbrado, pero con una calidez especial dado el entorno y el ambiente que se respira en los Jardins del Palau Reial de Pedralbes. El show, de hora y media de duración, comenzó a lo grande con La pareja del año, para seguir con Sutra y Traicionera, dos de sus éxitos más reconocidos. En ese instante el colombiano pidió al público que se levantara, y a partir de ahí fue un no parar de bailar, saltar y corear sus canciones sin ningún tipo de vergüenza.
Simpático y sociable, así es y así lo mostró, interactuando constantemente con las primeras filas. Interpretó Por perro, Ya no tiene novio y Vuelve, y después hizo una breve pausa para compartir un momento más íntimo. “Hay canciones que han significado mucho para nosotros a lo largo de los años, y aunque nacieron de mí e historias que he ido escribiendo, es bonito darme cuenta que dejaron de ser mías y ahora son de ustedes”, indicó antes de presentar su banda, formada por cuatro músicos de Colombia y de Venezuela.

A parte de coreografías sensuales y temas pegadizos, durante el concierto, el coach de ‘La Voz Kids’ tocó algunas canciones con la guitarra, como la balada Cristina o Un año, tema que interpretó en catalán en ‘La Marató’ del 2020, como hizo en esta ocasión en las estrofas iniciales provocando que los asistentes acabaran coreándola a cappella.
Tampoco faltaron Ojos marrones, Por fin te encontré o Una noche sin pensar. Hubo tiempo para bajar a cantar entre el público -incluso subido a una silla-, para invitar a una fan a bailar con él, y para presentar por primera vez en Barcelona su nueva colaboración con Manuel Turizo, Vagabundo.
El ritmo frenético de su show cautivó a las 2.000 personas presentes, rendidas ante un galán romántico y juguetón que coqueteaba sin parar al turno de Chica ideal, No hay nadie más o la flamante Tacones rojos, canción con la que terminó. Sin duda, vivimos una tercera gran noche en este festival.
Texto: Gemma Ribera
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