CINE – NACIONAL – CRÍTICA
‘Todos los nombres de Dios’, de Daniel Calparsoro, es un thriller que intenta emular a los grandes thrillers norteamericanos. De manera explícita, la cinta hace referencia entre la ficción y la realidad a los atentados terroristas que ocurrieron en España tanto en el 11-M como en Barcelona en 2017 para contextualizar la trama, basada en el cruce de un taxista de noche -que vive atormentado por un dolor del que se siente responsable- con uno de los tres terroristas suicidas implicados en un nuevo atentado que en el último segundo decide no hacerse explotar.
La primera impresión es la de un relato donde solo hay un protagonista comprometido con un caso complicado, pero conforme avanza el montaje, comprobamos que se trata de un relato totalmente coral donde muestran el pánico del personaje de Luis Tosar, el dilema moral y político al que se enfrentan la comandante militar de la Unidad Central Antiterrorista de la Guardia Civil (Inma Cuesta) o el experimentado agente de los servicios secretos (Roberto Enríquez); las mentiras a las que se enfrenta Hamza, el terrorista superviviente (Nourdin Batan) o la incertidumbre que las familias de los implicados sienten hasta el final.
Hay una notable falta de realismo en la actuación de las fuerzas de orden público y las consiguientes decisiones, incluso con el papel de Luis Tosar. Algunas secuencias, además, se han estirado cual chicle, como por ejemplo el largo recorrido caminando por la Gran Vía madrileña, que impacta pero termina cansando. Así mismo, también notamos un exceso de melodrama en el último tramo, cuando vemos a ese hijo que habla con su padre estando ambas vidas al límite.
En los momentos de acción y tensión es cuando más y mejor funciona el film. Ya sabemos que este tipo de cine es el que se le da bien al director, con planos en movimiento y conversaciones que generan intriga y angustia. Más que nada, es una pena la falta de naturalidad al no potenciar a sus personajes, teniendo en cuenta el trasfondo político y social que pretenden transmitir.
¿Por qué verla?
Porque, pese a ser una ficción, funciona como un ejemplo de unión de las unidades GRS, Tráfico y TEDAX ante un grave suceso. En medio del suspense, la película nos sumerge en dilemas morales y nos muestra una Gran Vía vacía que resulta impresionante. Entretenida y con adrenalina. ¡Hay que verla!
Valoración: ★★
Texto: Gemma Ribera
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Aquí el trailer:
