CRÓNICA: Silvia Pérez Cruz nos adentra en su universo ‘Circular’ en el Festival Grec

Silvia Perez Cruz abrió el Festival Grec de Barcelona de este año con un apabullante espectáculo en el que presentó su doble álbum Toda la vida, un día, en torno a las distintas etapas de la vida, con alrededor de 60 músicos, un coro flamenco palmero formado por 35 integrantes e invitados de lujo como Damien Rice, Rita Payés, Natalia Lafourcade y Carme Canela. Nosotros asistimos al segundo de los tres conciertos del proyecto ‘Circular’ en el Teatre Grec.

La cantante y compositora de Palafrugell representó el ciclo vital a través de cinco fases: la infancia, la juventud, la madurez, la vejez y el renacimiento. A la niñez le cantó junto a un trío de cuerdas; la juventud fue la parte más experimental, incluyendo toques de electrónica que se notaron en Aterrados, por ejemplo; Mi última canción triste la interpretó con la mexicana Natalia Lafourcade para mostrar la madurez; la vejez la vivimos en temas como Em moro y con el coro flamenco en acción, sacando a pasear su duende en el tablao; y el renacimiento, simbolizando un nuevo comienzo, se manifestó al dedicarle una parte del show a Carme Canela, su primera maestra de canto, y también en 21 primaveras, homenaje a Lola, hija de Silvia.

A lo largo de las tres horas que duró el espectáculo, también hubo hueco para canciones que Pérez Cruz considera eternas, como Vestida de nit, Mechita, Gallo rojo gallo negro o Man Of The Trees. La acompañaron en escena Carmen Linares, Celeste Alías, Pol Batlle, Juan Quintero y Pepe Habichuela, cada uno defendiendo lo que mejor sabe hacer y ganándose un sinfín de aplausos. Y es que ‘Circular’ va acuerdo con la temática de este año del Grec, ya que gira en torno a la amistad, el territorio y el hecho de regresar a casa.

En esta producción de gran nivel, está claro que la música va de la mano con la danza y la percusión. Son muchos los bailarines e instrumentistas que demostraron su apoyo a Silvia viniendo de diversas partes del mundo. Brillaron en conjunto, sí, pero lo que realmente convirtió una noche cualquiera en una velada mágica fue la destacada capacidad interpretativa de la protagonista.

El público ovacionó a Pérez Cruz en varias ocasiones, y no es para menos. Su forma de ser genuina y su ternura, su voz cargada de melancolía y la selección de un repertorio que, aunque es de diversos orígenes, ella convierte en algo propio, le otorgan una personalidad única e inimitable. Ver lo que ha conseguido, hasta dónde ha llegado aún abrumada por la popularidad, acudir a un acto impulsado por la reivindicación –con un poema recitado por Farah Chamma a favor de Palestina incluido-, y comprobar en directo que lo que más le interesa es dar a conocer a las nuevas voces que la rodean y que forman parte de su “patrimonio musical”, fue un auténtico regalo.

Texto: Gemma Ribera

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