CINE – NACIONAL – ENTREVISTA
Marcel Barrena dirige ‘El 47‘, una película inspirada en la vida de Manuel Vital, un conductor de autobús que luchó incansablemente para que los servicios públicos llegaran a Torre Baró, un barrio de Barcelona que en el posfranquismo acogió a numerosos inmigrantes de Andalucía y Extremadura. Este barrio, que durante años fue una zona marginada y en su mayoría autoconstruida por sus propios habitantes, es el escenario de una historia real que refleja las tensiones de la posguerra, cuando la inmigración interna y la lucha por la dignidad moldearon las grandes ciudades. Entrevistamos a las actrices Clara Segura, Betsy Túrnez y Zoe Bonafonte, mujeres clave en el film.
COMOexplicARTE: Todos los papeles, por pequeños que sean, aportan algo a esta película y nutren al personaje principal. Por ejemplo, Clara, ¿Qué nos puedes decir sobre Carmen?
Clara Segura: Parece que Carmen y Manolo sean personajes independientes viviendo cada uno con su lucha, pero en el fondo son complementarios. En el momento en que se le pone a Carmen sobre la mesa la posibilidad de no vivir en Torre Baró, surge un gran problema para Manolo. Sin embargo, ella entiende lo que significa ese barrio para él y los dos actúan como un equipo. Carmen trabaja de dentro hacia afuera, ayudando a los vecinos, sin ninguna maldad. Además, no solo provoca una revolución a nivel personal, sino también una revolución lingüística con la introducción del catalán.
COMOexplicARTE: Siendo artistas que habéis trabajado en teatro, cine y televisión, si hablamos del arte, ¿consideráis que las clases populares siguen estando excluidas en buena medida de su acceso y representación, o creéis que la situación ha cambiado con el tiempo?
Clara Segura: No, yo no creo que tengan las mismas posibilidades aunque nos hagan creer que sí. Todo el mundo puede tener acceso y visualizarlo mediante una pantalla, pero acceder de una forma limpia y libre no es fácil. Tendríamos que reflexionar y entender que todos pertenecemos a clases populares, aunque hoy en día lo queramos diferenciar. Todos deberíamos luchar en colectivo y defender nuestros derechos por igual, ya que hacerlo de forma individual muchas veces nos lleva al abandono o a desistir.
Zoe Bonafonte: Las cosas están cambiando, pero nos queda mucho por hacer. Mayoritariamente, los que cuentan historias son hombres cis blancos, de cierta edad y poder adquisitivo. Es cierto que ahora cada vez vemos más mujeres directoras, películas o obras sobre barrios o casos a los que no se les había dado voz, etc; por eso admiro el trabajo de Marcel como director, porque si te fijas siempre pone el foco en los “antihéroes”.
Betsy Túrnez: De alguna manera el sistema está diseñado para que te olvides rápido de las historias más vitales. Todo se acelera, es efímero y no tienes tiempo de reflexionar, cuestionarte cosas, ayudar al otro… Queda mucho por hacer y a veces incluso me da la sensación que vamos para atrás.
COMOexplicARTE: La banda sonora es un componente muy importante en cualquier película, pero aquí especialmente suena música popular. Habladnos sobre el tratamiento y el significado…
Zoe Bonafonte: Mi personaje es el reflejo de una generación que llega al barrio como inmigrante y sin saber realmente quién es. La música es la excusa perfecta para explicar esta situación. Ella empieza cantando ‘El Rossinyol’, pieza popular catalana por excelencia, manifestando sentirse catalana y rechazando sus orígenes extremeños. La música marca el camino hacia la aceptación, creo que en mi caso y también en otros personajes.
Clara Segura: Es muy importante que los mayores nunca dejen de explicar a sus hijos lo que vivieron de jóvenes, para que así tarde o temprano las nuevas generaciones comprendan de dónde vienen y a dónde van. El hecho de utilizar canciones populares simboliza la lucha de la clase obrera frente a los poderosos franquistas.
COMOexplicARTE: Por debajo de la trama principal, la película habla de la búsqueda de la identidad. ¿Consideráis que cada uno de vuestros personajes tiene una lucha interna para mantener sus raíces vivas?
Clara Segura: La identidad y el origen son dos temas que se mezclan. Está claro que nuestros personajes se preguntan “¿De dónde vengo?” y “¿Quién soy?” y cada una lo resuelve a su manera. No sabemos que pasará ni con nosotras mismas ni con aquellos que vendrán. Lo que sí sabemos es que aquél que viene de fuera siempre se sentirá extranjero. Por eso creo que la película no habla solo de Barcelona, sino que es un fenómeno global. En un momento en el que la derecha gana puntos, la migración es un problema social cada vez más grave, esta película me parece necesaria porque da que pensar.
Zoe Bonafonte: Solo puedo añadir que yo, personalmente, me fui de Barcelona a los 15 años y aun hoy en día me señalan diciendo que soy madrileña. Tengo claro que seré lo que quiera ser y que sé cuáles son mis raíces. Se trata de un sentimiento. Y sino, ves unas cuántas generaciones atrás y date cuenta. Da igual si eres andaluz, extremeño, murciano, catalán o yo que sé, porque al final todos se entienden porque se respetan, y luchan juntos. La película es ficción pero habla de una realidad, que no se nos olvide.
Betsy Túrnez: Es una lástima que hoy día, en este sistema tan individualista, haya muchas personas que se creen dueñas de sí mismas, más cultas que los demás y van a lo suyo. Ahora convivimos con gente de otros países, pero la diferencia es que en los años 50, 60, 70 no solo convivían sino que se mezclaban sin problemas ni prejuicios. Creo que el sentimiento de unidad debería mantenerse dejando de lado las diferencias y si nos ayudásemos los unos a los otros el mundo iría mejor. Por suerte, la película te ayuda a ser consciente de ello.
COMOexplicARTE: El rodaje contó con la participación de vecinos de Torre Baró como extras. ¿Qué ha significado para vosotras contar con ellos, y cómo ha impactado en la autenticidad de la película?
Clara Segura: ¡Ha sido un regalo! No hubiéramos podido explicar esta historia igual si nos hubieran dicho “vamos a rodar en un barrio de Valencia por costes y porque podemos tener un plató”, yo que sé. En primer lugar, ver las caras de estas personas tan agradecidas de que explicásemos su historia, con una mirada pura hacia ti, es un privilegio. Y en segundo lugar, cuando rodamos con el autobús, solo hizo falta dejarnos llevar porque fue verlos allí y entendías su postura.
Betsy Túrnez: Si. Los momentos de espera durante el rodaje fueron muy enriquidores porque no solo nos explicaban detalles, anécdotas o vivencias, sino que al juntarnos con ellos comprendimos de primera mano que estaban reviviendo situaciones del pasado. Dentro del rodaje, igual no nos podían hablar, pero las miradas o los comentarios entre ellos hablaban por si solas. Surgieron cosas que no estaban escritas en el guion, y esa espontaneidad nos dio la gasolina necesaria para coger fuerzas, interpretar lo mejor posible y sacar la película adelante.
Entrevista y fotos: Gemma Ribera
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