ENTREVISTA #CINE: Aitor Echeverría, Natalia de Molina y Alba Guilera nos hablan de ‘Desmontando un elefante’

COMOexplicARTE: En la película hay una escena muy especial donde se expone con la danza el concepto de “ceder o resistir”. En ella conocemos muy de cerca las emociones del personaje que interpreta Natalia. ¿Qué ha significado para ti poder expresarte a través del movimiento?

Natalia de Molina: Pues ha sido un viaje, un reto y una responsabilidad muy grande porque yo no soy bailarina. Fue muy interesante explorar un instrumento desde otro lugar, como es el cuerpo. En el sentido de interpretar el estado emocional que tiene este personaje a través de la danza. Más allá de la coreografía en sí, es muy importante todo lo que implica esa secuencia, es decir, el arte y la evolución de esta chica que está bloqueada y no sabe expresar, no sabe poner en palabras lo que le pasa.

COMOexplicARTE: Aitor, ¿Qué fue lo más desafiante para ti a la hora de llevar este guion a la gran pantalla?

Aitor Echevarría: El desafío, creo, no está tanto en la película en sí, sino en distribuirla, en conseguir que la peli se vea. Creo que, al menos como director, durante los procesos de guion y realización, he podido hacer la película que quería. La propia película en sí tiene el deseo de que el espectador se la haga suya.

COMOexplicARTE: ¿Cómo ha sido trabajar un tema delicado como son las adiciones desde la perspectiva personal en la que se ahonda? Porque no es tanto la adicción en sí, sino el dolor que causa en una relación materno-filial.

Aitor Echevarría: Claro, es una película que trata sobre las adicciones, no solo a sustancias como el alcohol, sino también a relaciones personales. Podemos decir que es una película que va sobre una madre adicta al alcohol y una hija adicta a su madre. Esos vínculos están explicados de una manera, yo creo, sobria, elegante. No he tratado de hacer melodrama, es una película que procura respetar mucho a los personajes y al espectador, para que cada uno pueda valorar la trama según lo que esté viendo y, también, idealmente, según lo que haya vivido.

COMOexplicARTE: Natalia, tu personaje va muy ligado a la danza, y en tu caso, Alba, el tuyo se basa en la maternidad. ¿Qué hay de vosotras en los personajes y cómo os habéis preparado para interpretarlos?

Alba Guilera: En mi caso, el acercamiento a la maternidad ha sido un trabajo muy profundo porque yo no soy madre. Es verdad que hay ciertos cambios físicos también en el hecho de ser madre, desde el cuidado, hasta el lenguaje, la manera de hablar, la paciencia… Creo que hay una cultura, algo que trabajar. Si a esto le sumamos interpretar a la hermana mayor… ¡Doble reto! Yo en mi familia soy la hermana pequeña. Mi hermana y yo nos llevamos 10 años, y es verdad que con Natalia fue muy fácil porque enseguida conecté con la necesidad de hermana mayor de manera casi intuitiva. Más que la preparación, fueron los ensayos y la relación que se fue creando entre las dos.

Natalia de Molina: Es una película que hemos preparado mucho, hemos tenido tiempo. Yo comencé con la danza, y estuve un año en contacto con el contemporáneo. Empezamos en Madrid en una escuela que estaba centrada en el “contact”, y luego con Paloma y con Amanda, con la coreografía, y con todo lo que era el personaje y lo que quería transmitir. Pero también pudimos ensayar la película entera antes de rodarla en la misma casa. Todos los miembros de la familia pudimos jugar al Parchís (ríe) y eso nos unió mucho.

Alba Guilera: ¡Sí, sí, sí! El primer día que estuvimos todos juntos jugamos al Parchís, fue un fracaso, pero muy divertido.

Natalia de Molina: Y también fuimos con Emma (Súarez) a ver danza en el Mercat de les Flors y juntas hemos podido ahondar yendo a centros que tratan esta enfermedad, en concreto algunos centrados en las familias que acompañan a las personas que sufren adicciones. Y la verdad es que ha sido uno de los procesos más interesantes, más inmersivos y más profundos que he tenido a día de hoy con un personaje en una película. Creo que era esencial para poder abordar a estas dos mujeres desde ese lugar; con todo el respeto, el compromiso y la honestidad posibles. Creo que eso Aitor también lo tenía muy claro y nos ayudó mucho para poder entrar en ello.

COMOexplicARTE: Aitor, después de un largo camino detrás de las cámaras, ¿qué ha supuesto para ti embarcarte en un debut como director, y más en una película tan intimista y compleja?

Aitor Echevarría: Es curioso porque uno cree que lo sabe todo después de tanto tiempo trabajando en el mundo del cine, pero la verdad es que las actrices me han ayudado muchísimo. Me han permitido hacer cosas que no había hecho nunca. La distribución de la película, la promoción, toda la financiación… Son procesos que como director de fotografía, que es mi profesión principal, no hago. Yo llego a la preparación, el rodaje, y luego me llaman para hacer mi trabajo. Entonces, descubrir que dentro de tu profesión hay mundos que no controlas ha sido muy enriquecedor.

COMOexplicARTE: ¿Alguna anécdota del rodaje que podáis compartir?

Aitor Echevarría: ¿Anécdota? Sí, claro. La de jugar al Parchís que decíamos es buena.

Natalia de Molina: Explícala.

Aitor Echevarría: Considero importante crear unidad familiar porque son actores que a veces no se conocen, y por eso cuando empezamos los ensayos se me ocurrió una dinámica que fuera algo que pudieran compartir sin textos, sin nada complicado. Y dije: «Parchís». Todo el mundo sabe jugar, a todo el mundo le gusta. ¡Hagámoslo! Pues fue un desastre, como decíamos antes (ríe). A uno no le gustaba, al otro decía que no sabía cómo iba… El ejercicio duró 15 minutos y dijeron: «Venga, vamos a otra cosa porque el parchís es un juego muy aburrido».

Natalia de Molina: ¡No lo es! ¡Es maravilloso!

Alba Guilera: Era yo la que decía que era muy aburrido. Así que, recomendación: no utilices el parchís como dinámica de grupo, por favor. (ríe).

C.E: ¡Gracias por vuestro tiempo y suerte con la película!

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