CINE – NACIONAL – CRÍTICA
Manuel Huerga regresa al largometraje de ficción con Parenostre, una propuesta tan oportuna como provocadora que se estrena este miércoles 16 de abril en cines de la mano de Filmax. Y lo hace, además, en plena Semana Santa: momento ideal para poner en duda los dogmas, revisar pecados y desmontar altares familiares. Tras casi dos décadas sin dirigir una ficción para la gran pantalla, el cineasta de Salvador (Puig Antich) vuelve con un filme que bucea en uno de los escándalos políticos más mediáticos de la historia reciente de Cataluña: el del clan Pujol-Ferrusola.
Como biopic, la película explora la trayectoria de Jordi Pujol, interpretado con aplomo por Josep María Pou -aunque físicamente sea más alto y corpulento-. Desde su infancia marcada por la religión y el deber patriótico, hasta los días oscuros en que el nombre de su familia quedó manchado por la evasión fiscal y la codicia, el filme salta en el tiempo con eficacia para mostrarnos las múltiples caras de un líder político que predicaba moral mientras tejía su propia red de intereses ocultos. A su lado, Carme Sansa compone una Marta Ferrusola fuerte, feroz y cómplice, en un papel que evita el estereotipo y se adentra en la ambigüedad moral.
Con guion de Toni Soler, Parenostre se atreve a señalar sin rodeos los vicios de una familia que hizo de la fe, la patria y la superioridad moral su bandera, mientras acumulaba fortunas en paraísos fiscales. El tono del film, sin embargo, se aleja de la gravedad operística de El padrino —referente inevitable al tratar tramas familiares y de poder— y se acerca más al terreno del drama político con tintes de telefilme, sin por ello restar contundencia a su discurso.
Hay sátira, hay ironía y hay una clara voluntad de incomodar. No solo se retrata la caída de un mito, sino también el silencio cómplice de las instituciones, incluyendo la mismísima Casa Real, representada por un hilarante y perturbador Alberto San Juan como el rey emérito. Una aparición que, más allá del guiño cinéfilo, refuerza el mensaje de impunidad compartida por las élites del poder.
¿Por qué verla?
Parenostre no descubre nada que no supiéramos, pero sí lo envuelve en una narrativa ágil, crítica y necesaria. A falta de juicio (previsto para noviembre de 2025), el cine se adelanta al veredicto con una película que nos recuerda que el verdadero castigo, en ocasiones, es ver cómo se tambalea el relato construido durante décadas.
Valoración: ★★★
Texto: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE
Aquí el tráiler:
