CRÓNICA: El ‘BRITPOP TOUR’ de Robbie Williams aterriza en Barcelona con un concierto lleno de guiños, éxitos y confesiones

MÚSICA – BARCELONA – CRÓNICA

Robbie Williams transformó el RCDE Stadium en un viaje emocional y nostálgico que agitó las memorias colectivas de más de 30.000 asistentes. Con su BRITPOP TOUR, el artista británico no solo repasó sus grandes éxitos, sino que reivindicó su identidad como showman total, en un espectáculo que fue confesión, fiesta y celebración a partes iguales. “Esta noche es mi carta de amor al entretenimiento. El entretenimiento lo es todo”, declaró ante un público entregado, dejando clara su intención desde el minuto uno.

El que fuera el único show en España arrancó con Rocket, un tema reciente que justificaba el imaginario espacial de la gira: pantallas que simulaban una rueda de prensa intergaláctica, estética retrofuturista, y un Robbie en modo astronauta despegando hacia otro plano. Con Let Me Entertain You, cambió el tono; sin perder el humor ni la autoconciencia, activó el modo clásico Williams, ese que mezcla provocación con carisma y una energía escénica que no caduca.

El escenario, decorado con versos de sus canciones —algunas clásicas, otras profundamente personales—, funcionó como un diario abierto. En las pantallas, la portada de su nuevo disco Britpop aparecía como símbolo: un retrato suyo con un diente menos y salpicado de pintura, casi como una protesta contra sí mismo, contra sus excesos y sus errores. Ese contraste entre ego y vulnerabilidad fue constante, y ahí radica gran parte del magnetismo de Williams.

A sus 51 años, el artista británico sigue siendo el rey del entretenimiento, como él mismo se autoproclama. Alternó coreografías con confesiones, bromas con silencios cargados, y hits como Rock DJ, Feel o Supreme con momentos delicados como She’s the One. Cada tema era una postal emocional y generacional, un guiño a quienes crecieron con él y una bienvenida a quienes lo descubren ahora.

Entre tema y tema, compartió anécdotas de sus años pasados y de su evolución personal. Su humor, cercano y autocrítico, convirtió el estadio en una conversación entre amigos. Porque más allá del ídolo pop, Robbie es también un narrador de su propia historia, y eso conecta. De hecho, uno de los momentos más íntimos y sorprendentes de la noche llegó cuando el cantante se trasladó al escenario C, ubicado en el centro del estadio, para compartir escena con Thom Rylance y Katie Lloyd, miembros del grupo telonero The Lottery Winners. Allí, entre bromas y complicidad, interpretaron en formato acústico algunos temas de su etapa con Take That,

A lo largo de la velada, cada canción parecía una escena no filmada, una confesión cantada en vivo. El clímax llegó con Angels, cuando el estadio entero se iluminó con miles de luces y voces temblorosas. Robbie se emocionó. Nosotros también. En ese momento, entendimos por qué este tour es mucho más que nostalgia: es un reencuentro con lo que fuimos, con lo que seguimos siendo, y con una música que, cuando nace de verdad, no envejece. Solo crece.

Gemma Ribera

© COMOexplicARTE

Un comentario

Deja un comentario