MÚSICA – BARCELONA – CRÓNICA
Las alertas meteorológicas del sábado 12 de julio no lograron frenar la segunda noche de Rauw Alejandro en el Palau Sant Jordi. Barcelona aguantó el chaparrón y el público respondió fiel, dispuesto a empaparse —literal y emocionalmente— en un espectáculo que trasciende el formato de concierto. Con algo de retraso, y bajo una ovación impaciente, el puertorriqueño subió al escenario y convirtió el recinto en una fiesta narrativa cargada de drama, deseo, luces y fuego.
El Cosa Nuestra Tour es mucho más que una gira. Una obra urbana que mezcla lo teatral con lo íntimo, lo sensual con lo trágico, y que rinde homenaje tanto a sus raíces latinas como a su capacidad camaleónica como artista. Desde sus inicios, Rauw ha esquivado etiquetas. Su carrera ha estado marcada por la reinvención constante: del reguetón melódico de Afrodisíaco (2020), al pop electrónico de Vice Versa (2021), pasando por experimentos con funk, house, disco, balada y ahora salsa. Con Cosa Nuestra (2024), se atreve con su propuesta más ambiciosa.
Se trata de un homenaje a la cultura latina de los años 70, con influencias de la salsa clásica, el bolero, el jazz, e incluso el country, envueltos en una estética de cine de gánsteres y Broadway. Pero Rauw no solo canta. Baila, compone, produce, diseña y actúa. Y sobre el escenario, demuestra un control absoluto de todos los elementos que convierten un directo en una experiencia inmersiva.
En esta historia teatralizada, María es la obsesión. El deseo. La chispa que lo desarma. Un personaje femenino inventado que aparece una y otra vez como centro emocional de los cuatro actos, como motor narrativo de un show que viaja por las distintas fases de una relación: atracción, pasión, entrega, celos, ruptura… y perreo. El guion es claro, pero deja espacio para la improvisación, el humor y la tensión sexual.
Desesperados enciende el Palau. Con Revolú, vuelan unas bragas hacia el escenario. “Me quiero comprometer contigo”, le dice Rauw a María. Pero también: “No me puedes tener encerrado en casa follando todo el día, mami”. Sin aludir directamente a su vida personal, el puertorriqueño juega con la ambigüedad, y deja que cada quien saque sus conclusiones.
Rauw se dirige, en varias ocasiones, al público en catalán -sí, incluso para soltar groserías-. Su estima por Catalunya es evidente. En cada número musical el vestuario cambia y la escenografía evoluciona. Entre el fuego y las lágrimas, Carita Linda y Tú con él estremecen. DILUVIO cobra un nuevo sentido tras la tormenta real que cayó sobre la ciudad esa tarde. Y los grandes hits —Santa, 2/Catorce, Qué Pasaría— se integran con naturalidad en un relato donde todo tiene un porqué.
A su lado, un equipo de músicos (incluido su padre a la guitarra), bailarines y un speaker carismático elevan el nivel del espectáculo. Al terminar el show, la sensación es clara: no has asistido a un concierto, has vivido un acontecimiento. Un espectáculo de casi tres horas que no se parece a nada visto antes en el panorama latino actual. Y una apuesta arriesgada que consolida a Rauw Alejandro como uno de los artistas más visionarios de su generación.
La gira Cosa Nuestra cierra su etapa europea con este doblete en Barcelona y continuará en octubre por América Latina. Mientras tanto, una duda queda flotando entre quienes salieron empapados pero emocionados del Sant Jordi: ¿Cuándo volveremos a ver algo así?
Gemma Ribera
© COMOexplicARTE
