CULTURA – BARCELONA – CRÓNICA
“No hemos venido a pedir permiso. Hemos venido a defender la posibilidad de elegir ser libres”. Con esta frase contundente y emotiva, el actor y presentador Àngel Llàcer inauguró oficialmente el Pride Barcelona 2025, que este año se celebró bajo el lema Cultura LGBTQIA+: cultura universal. Una declaración de intenciones que impregnó cada uno de los actos del evento, desde el pregón hasta los conciertos multitudinarios en el Passeig Lluís Companys.
En la Plaça Universitat y en el Paseo de Lluís Companys se ubicaron un año más los dos escenarios musicales, con actuaciones desde las 20h hasta las 2 de la mañana. Nosotros acudimos al Passeig Lluís Companys para comprobar que se convirtió, de nuevo, en el epicentro del Orgullo.
Miles de personas llenaron el paseo durante las noches del 18 y 19 de julio para disfrutar de los conciertos gratuitos de artistas que no solo hacen música, sino que también inspiran y empoderan al colectivo. Sin duda, dos noches de música, identidad y visibilidad.
La primera jornada fue toda una celebración eurovisiva. DeTeresa, Carla Frigo, Sonia y Selena, Melody o Tommy Cash pusieron ritmo y nostalgia sobre el escenario, a pesar de los problemas técnicos y el calor que marcaron el ambiente. Cabe destacar especialmente la aparición de Melody con un gesto que ya es su sello personal: el famoso “helicóptero”. Este movimiento, que se ha hecho viral y ha conquistado a fans de todas las edades, se convirtió en el momento más esperado de su actuación. Su conexión con el público fue inmediata, gracias a un repertorio que mezcla clásicos que han marcado generaciones con temas actuales, y a una entrega sincera y cercana que contagió emoción y alegría a todos los presentes.



La noche del 19, justo después de la manifestación unitaria, fue aún más vibrante. Según la organización, unas 250.000 personas recorrieron las calles de Barcelona en una marcha histórica con 57 carrozas y decenas de colectivos, reivindicando la cultura como herramienta de resistencia y transformación.
Y tras la marcha, la música volvió a sonar con fuerza: Edurne, Nebulossa y Chanel levantaron al público con actuaciones potentes. Chanel, que presentó varios temas de su nuevo proyecto como Antillas o Zakaza, dejó claro que el pop también es política. Y el broche de oro lo puso una auténtica diva: Mónica Naranjo, que interpretó tres temas en directo y recordó al público la esencia del Orgullo: “Una fecha para recordar al mundo que existimos todas, todos y todes”.
El Pride Barcelona 2025 no solo ha sido una fiesta, ha sido una declaración cultural y política. Una muestra de cómo la música, la visibilidad y el arte pueden ser espacios de lucha, memoria y libertad. Una edición que nos ha recordado que no hay Orgullo sin cultura, ni cultura sin diversidad.
Nos quedamos con la voz de Àngel Llàcer resonando fuerte: “Lo único que hacía era mostrarme tal como soy”. Y eso, en estos tiempos, sigue siendo un acto revolucionario.
Gemma Ribera
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