REVIEW #CINE: ‘Romería’, la memoria familiar reinventada por Carla Simón

Romería, de Carla Simón, cierra de manera brillante la trilogía de la cineasta, ofreciendo un retrato íntimo y conmovedor de la memoria familiar y la reconstrucción del pasado. La película sigue a Marina, una joven que emprende un viaje a Vigo para conocer a la familia de su padre. Sus padres murieron de sida cuando ella era niña, un hecho que pesa sobre su infancia y que atraviesa toda la película. Cada encuentro y cada conversación revela capas de silencio, orgullo y vergüenza que han permanecido ocultas durante años.

Este filme pone fin a la trilogía iniciada con Verano 1993 (2017), un relato sensible sobre la infancia y la pérdida, y continuada con Alcarrás (2022), un retrato coral de una familia de agricultores catalanes donde las tensiones generacionales y la relación con la tierra eran el eje central. Romería mantiene la sensibilidad y la cercanía de sus predecesoras, pero adopta un enfoque más subjetivo: la historia se filtra completamente a través de los ojos de Marina, transformando su experiencia personal en la guía emocional de toda la película.

Contrario a lo que uno podría esperar de la directora, la película está repleta de diálogos. Palabras y palabras de una familia que habla mucho, pero revela poco. De hecho, la fuerza del filme radica en cómo Simón convierte las emociones de Marina en imágenes palpables. La cámara refleja su mirada: los espacios vacíos, los locales transformados y los lugares que alguna vez fueron significativos para sus padres se convierten en testigos silenciosos de la pérdida y del paso del tiempo.

El diario de su madre y los relatos fragmentarios de sus familiares dialogan con estos espacios, mostrando que la verdad no siempre está escrita, sino que se descubre en los gestos y en los silencios. Esta densidad verbal, sin embargo, se equilibra con escenas de humor y momentos de fantasía que aportan un respiro creativo y visual, sorprendiendo al espectador como nunca antes.

El reparto aporta fuerza y autenticidad: Llúcia García brilla en su debut cinematográfico con una Marina intensa y vulnerable; Mitch Robles interpreta a Nuno, primo de la protagonista, conectando pasado y presente con gran naturalidad; y Tristán Ulloa y Miryam Gallego, como los tíos de Marina, proyectan la mezcla de orgullo, remordimiento y secretos que define la familia. La dirección de actores de Simón convierte incluso a personajes potencialmente planos en seres complejos y memorables.

Lo notable de Romería es cómo combina lo personal con lo universal. A través de la historia de Marina, la película explora cómo el pasado moldea nuestra vida, cómo las decisiones de los padres influyen en los hijos y cómo los lazos familiares sobreviven pese a la ausencia y el olvido.

¿Por qué verla?

Romería es un cierre emotivo y profundo de la trilogía de Carla Simón: un relato que combina memoria, emoción y reflexión sobre lo que significa crecer entre ausencias y recuerdos. Es su mejor guion. Es un cine que conmueve con sutileza y fuerza, dejando al espectador con la sensación de haber acompañado a alguien en su viaje más íntimo.

Valoración: ★★★★★

Texto: Gemma Ribera

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Aquí el tráiler:

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