TEATRO – BARCELONA – PRESENTACIÓN
La Villarroel se prepara para el estreno de La mà, una obra dirigida por Pau Carrió a partir de un texto de Martin McDonagh, el dramaturgo británico-irlandés conocido por su humor corrosivo y su habilidad para retratar la violencia cotidiana con un tono tan brutal como hilarante.
Después de siete años, Pol López vuelve a encontrarse con el autor. Escrita en 2010 con el título original A Behanding in Spokane, esta fue la primera obra de McDonagh ambientada en Estados Unidos, y ahora llega por primera vez en catalán, con traducción de Martí Sales, y con un elenco que completan Mia Sala-Patau, Soribah Ceesay y Albert Prat.
El público que ya conoce el universo de McDonagh —autor de La calavera de Connemara o La reina de la bellesa de Leenane— sabe lo que le espera: humor negro, personajes salvajes, giros inesperados y una tensión constante a punto de estallar. “McDonagh es un autor extraordinario. Él mismo es un género. Tiene una personalidad tan contundente que es difícil equipararlo con nadie más”, explica Pau Carrió, que firma la dirección de esta nueva producción.
La acción transcurre en un hotel sórdido del estado de Washington, donde el protagonista, interpretado por Pol López, ha organizado un encuentro con una pareja de pequeños traficantes (Mia Sala-Patau y Soribah Ceesay). Les ha ofrecido dinero a cambio de recuperar algo muy concreto: su mano, amputada 27 años atrás y que busca obsesivamente desde entonces. “Todos los personajes están marcados por algo, pero para Carmichael la herida es física. Vive en un callejón sin salida: sabe que recuperar la mano no le hará bien, pero no puede dejar de perseguirla”, explica López sobre su personaje.
Esa obsesión es el motor de una trama que se mueve entre lo grotesco, lo tierno y lo violento. “Ellos —dice Sala-Patau sobre su pareja de escena— son los personajes más normales de la obra: unos jóvenes inconscientes que se topan con alguien completamente desequilibrado.” A ellos se suma Albert Prat, que interpreta al botones del hotel, “un hombre que nunca ha sido querido y que, cuando interviene, cambia radicalmente la situación”, avanza Carrió.
Todos estos personajes componen un microcosmos extraño y fascinante, donde el humor y la crueldad se dan la mano. Aunque pueda parecer provocadora, Carrió insiste en que La mà no busca escandalizar, sino retratar una realidad que existe. “Es una obra que habla de personajes odiosos y adorables al mismo tiempo, y esa dualidad la hace muy viva, muy contemporánea”, señala. De hecho, uno de los rasgos más distintivos del autor, apunta Carrió, es su manera de retratar personajes con réplicas racistas, misóginas u homófobas, lo que en ocasiones le ha acarreado problemas con la censura. Su lenguaje, aunque pueda parecer rudo o provocador, “está lleno de capas y de significados”, añade.
La directora artística de La Villarroel, Tania Brenlle, define la pieza como “una gamberrada irreverente y políticamente incorrecta, con situaciones muy extrañas y personajes sin filtros”. El resultado es, según el director, “un juego narrativo preciso, como una casa de muñecas donde todo acaba encajando”. Una descripción que refleja bien el espíritu de La mà: una comedia negra inquietante, tan absurda como humana, que confirma la conexión artística entre Carrió y López y promete ser una de las propuestas más estimulantes de la temporada en La Villarroel.

Gemma Ribera
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