TEATRO – BARCELONA – PRESENTACIÓN
En el emblemático restaurante-cafetería Els Quatre Gats de Barcelona, se ha presentado esta mañana Glorious! La verdadera historia de Florence Foster Jenkins, la peor cantante del mundo, una de las comedias teatrales más celebradas de los últimos años. La versión catalana, dirigida por Paco Mir y producida por Anexa, llegará al Teatre Poliorama con funciones previas los días 7, 8 y 9 de noviembre y estreno oficial el día 13. La obra podrá verse hasta el 1 de febrero de 2026.
La elección de Els Quatre Gats no ha sido casual. Este espacio modernista, que antaño fue convento y más tarde germen de lo que acabaría siendo el Conservatori del Liceu, ha sido desde finales del XIX un refugio de artistas, músicos y personajes insólitos. Allí coincidieron Rusiñol, Casas o Albéniz, y Picasso expuso por primera vez en 1900. Un lugar perfecto para presentar a una figura tan excéntrica y fascinante como Florence Foster Jenkins, que, de haber vivido en Barcelona, probablemente habría querido cantar allí alguna noche.
Y es que esta mujer, Florence Foster Jenkins, existió de verdad. Fue una millonaria neoyorquina de los años cuarenta sin oído para el canto, pero con un entusiasmo desbordante por la ópera. Contra toda lógica —y con el beneplácito de su entorno, que acabó queriéndola profundamente— llegó a ofrecer conciertos multitudinarios. Su historia inspiró primero la obra teatral Glorious! y, más tarde, la película homónima protagonizada por Meryl Streep y Hugh Grant.
En la presentación ha participado el elenco formado por Marta Ribera, Ramon Gener, Santi Millán, Annabel Totusaus, Meritxell Duró y Eva Cartañà, junto al director Paco Mir y los productores Toni Albaladejo y Edu Pericas. Todos han coincidido en que Glorious! es mucho más que una comedia sobre una mujer que canta mal: es una historia sobre la libertad de soñar y el poder de la ilusión. “Lo más fascinante de Florence es que no es una caricatura —explicaba Paco Mir—, sino una mujer que cree ciegamente en sí misma. Habla de la libertad de perseguir un sueño incluso cuando todo el mundo te dice que no puedes hacerlo”.
Esta versión catalana recupera la esencia teatral original, con un tono más tierno y cercano. “Más allá de la risa, hay algo profundamente conmovedor en su historia”, decía Edu Pericas. “Florence nos enseña que a veces la felicidad consiste simplemente en atreverse a desafinar”. Durante el encuentro, Mir ha revelado entre risas que uno de los mayores retos ha sido “hacer desafinar a Marta Ribera”. Para demostrarlo, ha invitado a la actriz y a Ramon Gener a acercarse al piano del local: Gener ha ofrecido una breve explicación musical, y Ribera ha mostrado con humor y precisión la diferencia entre cantar bien y hacerlo terriblemente mal, arrancando aplausos de todos los presentes.
En escena, Marta Ribera da vida a Florence con una mezcla de comicidad y vulnerabilidad. “Es un personaje complejo —explicó la actriz—. Durante los ensayos me pasaba algo extraño: al cantar mal veía la reacción de mis compañeros y se creaba una magia muy rara. Lo difícil es no caer en la parodia, porque detrás del humor hay una mujer con una enorme resiliencia”. Ramon Gener interpreta a Cosme McMoon, el pianista que acompaña a Florence, un músico frustrado que acaba encontrando en ella una inspiración insospechada. “No era actor de formación —recordó Toni Albaladejo—, pero quería hacer un espectáculo especial. Y este papel le va como anillo al dedo”.
Santi Millán, en el papel de St Clair, el encantador amante y cómplice de Florence, aportó una reflexión curiosa: “Las estrellas lo son porque tienen una capacidad de atracción enorme. No puedes amar sin admirar. Florence consigue que quienes la rodean, incluso los que se acercan por interés, terminen queriéndola”. Completan el reparto Annabel Totusaus como la mejor amiga de la protagonista, Meritxell Duró como contrapunto cómico y Eva Cartañà como la criada siciliana que no la trata precisamente bien.
El montaje combina humor, emoción y esperpento, y apuesta por una ambientación fiel a la Nueva York de los años cuarenta. Paco Mir —que debuta dirigiendo una producción de Anexa tras cuatro décadas de amistad con la compañía— consigue equilibrar la ligereza cómica con una mirada empática hacia el personaje.
Glorious! invita al público a pasar de la risa al cariño, del desconcierto a la admiración. “Al principio te ríes de ella porque es ridícula”, comentaba Santi Millán, “pero poco a poco entiendes que hace algo aspiracional, que está persiguiendo su sueño con una fe que te desarma. Y cuando se rompe su burbuja, solo quieres ser su amigo y abrazarla”.
Esa es, quizá, la verdadera gloria de Glorious! Pretende convertir el fracaso en triunfo y recordarnos que, a veces, desafinar también puede ser una forma de arte. ¡Ganas de ver el show!
Gemma Ribera
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