ENTREVISTA #CINE: Paula Ortiz presenta ‘Teresa’, película sobre Santa Teresa de Jesús

Este año, la directora aragonesa Paula Ortiz estrenó  ‘Al otro lado del río y entre los árboles’, y ahora presenta ‘Teresa’. Son dos adaptaciones de dos clásicos: la primera de la novela homónima de Ernest Hemingway y la segunda de ‘La lengua en pedazos’, un ensayo del escritor y dramaturgo Juan Mayorga. La entrevistamos a pocos días del estreno en cines, el 24 de noviembre para conocer más detalles de la película.

COMOexplicARTE: Vienes de adaptar un texto de Hemingway, alguien más intelectual, y ahora lo has hecho con Mayorga, que es mucho más visceral. ¿Cómo ha sido tu recorrido por la filosofía de estos autores?

Paula Ortiz: Para mí, a pesar de que todos sean opuestos, creo que Lorca, Hemingway, Teresa (porque si, también fue autora) y Mayorga, darían la vida unos por otros. Porque todos, si algo tienen en común, a pesar de ir traduciendo sensibilidades distintas, es que son profundos humanistas. Son gente que cree en el ser humano y que se asoma sus abismos, sus contradicciones y también a sus hermosuras. Entonces no sé, hay algo en me parece que todos estos autores se ven como lanzados contra las cuerdas, que es algo que también hace Juan Mayorga. Él se sitúa en las cuerdas para hacer muchas preguntas sin respuesta, y a mí eso es lo que me interesa, mirar donde nadie quiere.

C.E: Sueles aportar un enfoque social, literario y cinematográfico completamente feminista a los clásicos. ¿Qué supone para ti contar historias bajo este punto de vista?

P.O: La perspectiva feminista y femenina está implícita en mí y en mi manera de entender el mundo. Por ejemplo, con Teresa no puedo escapar a mi condición de una mujer del siglo XXI. No puedo huir de esa Teresa post- Nietzsche, es decir, me persigue la idea de la muerte de Dios. En el caso de Hemingway, empatizo con la creencia profundamente feminista sobre la igualdad de derechos y oportunidades. Cuando algo o alguien te constituye y te da a entender quién tú eres y dónde y cuándo has nacido, es inevitable que te atraviese el alma. Creo que no hay una voluntad en hacerlo, es simplemente que eso es lo que somos.

C.E: ¿Dónde reside el atractivo de Santa Teresa para que siga interesando la vida de esta reformadora de la orden carmelita?

P.O: Teresa es una mujer abismal, tan en tensión y en contradicción, y con unas capacidades intelectuales, emocionales e imaginativas tan profundas y radicales… Le tocó vivir en un tiempo tan complejo, que su palabra una y otra vez, en cada generación, hace que te nombre. ¿Por qué sigue siendo subversiva? ¿Por qué resulta hoy en día tan incómoda en las estructuras de poder como lo fue en su momento? Es muy fuerte la capacidad que tiene de conmover con su palabra y sus actos, actuando desde una elegancia y una elevación enorme, siendo además muy directa.

C.E: Es verdad que era una religiosa avanzada a su tiempo…

P.O: Sí. Mucho. Sin querer. A mí me sigue conmoviendo reflexionar acerca de esa reforma de unas mujeres que se encierran a pensar en silencio. El hecho de que eso hiciera tambalear una de las estructuras de poder y control más violentas de la historia de España, que es la Inquisición. Meterse con las cortes y con la iglesia estando en un espacio propio con sus compañeras en silencio…  Hay algo en ella que sigue siendo de una modernidad muy fuerte.

C.E: “Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero” es uno de los versos que provoca un vuelco en el corazón de quien lo lea. ¿Qué te has llevado de esa faceta poeta de Teresa?

P.O: Hay frases tan contundentes… también ella misma dice: “Si te lees te conducirás, si te leen te conducirán”. Es muy interesante. A mí Teresa es una poeta que me ha constituido desde muy joven. Yo la leí poéticamente, no desde un punto de vista religioso, y descubrí que una monja de hace 500 años nombraba áreas en sombra de mi interior mejor que yo misma. No tengo formación religiosa ni soy partícipe de la fe católica. He tenido un acercamiento, en cierta manera, muy puro hacia su poética y su palabra, y a partir de ahí también he aprendido a navegar por su espiritualidad y por su cosmovisión. Y ha sido un viaje muy bonito.

C.E: Realmente, en tus proyectos siempre hay esa parte de misticismo, ¿Te gusta lo onírico, no?

P.O: La verdad es que sí. Durante mucho tiempo, yo creo que por nuestra época pragmática y por la educación en unos códigos muy empíricos, yo he estado muy alejada. Sin embargo, siento que he construido un vínculo fuerte con los relatos de la fantasía que van a otros mundos. Las preguntas filosóficas sobre la sensibilidad o sobre el otro lado, que son al fin y al cabo las preguntas nos hacemos todos, sí me preocupan y sí que me rondan una y otra vez por la cabeza. Es por eso que me interesan todos aquellos personajes que también tienen dudas y se han hecho preguntas con intensidad, con maravilla y con asombro.

C.E: Precisamente, el  leitmotiv de la película es el estado de duda permanente. ¿Crees que las mujeres dudan más que los hombres, o de forma distinta?

P.O: Mira, no me atrevería a ser súper categórica en algo así, pero diría que sí. Que en la sensibilidad femenina, que hay algo más flexible y que ha estado más en la sombra. Existe algo en nuestras fragilidades que nos obliga a cuestionarnos. La duda, que yo considero que es la herramienta más profunda para el avance y el conocimiento, creo además que es lo que nos aleja del dogmatismo y de cualquier fascismo. Es verdad que es más propia del ser femenino. No tiene que ver a lo mejor con las mujeres solamente, pero sí con esa naturaleza femenina.

C.E: En la película, el inquisidor exprime las dudas de Santa Teresa al tiempo que se encuentra con las suyas propias. ¿Cómo trabajaste las luces y las sombras de ambos personajes?

P.O: Juan Mayorga pensó, para navegar a esta Teresa, en el posible peor enemigo, en un inquisidor que nunca existió, pero podía haber existido ya que a ella le amenazó la inquisición. Creó un inquisidor que fuera verdaderamente su némesis, su lado oscuro, su doble, su enemigo íntimo. Por eso vemos en la oscuridad a un personaje que le nombra sus peores miedos. Aun así, ella es tan fuerte que también le obliga a navegar, o sea, se lo lleva hacia su lado y le hace dudar.

C.E: No hay duda de que, con Blanca Portillo y Asier Etxeandía estamos ante el duelo interpretativo más poderoso del año. ¿Qué viste en ellos?

P.O: La película se escribió para ellos. Son dos actores superdotados. Sus capacidades interpretativas les permiten tener un control de su cuerpo, de su presencia, de su voz, dela palabra, de los silencios, de los ritmos… ¡Son muy fuertes actoralmente! Y claro, también son personas muy trabajadoras. Ensayamos mucho, pero creo que la relación que tienen ellos tan pasional y tan eléctrica creativamente hace que todo crezca mucho más en conjunto.

C.E: ¿Cuál crees que será la reacción del público al verla en el cine?

P.O: No lo sé, creo que hay más miedo a que parezca una película convencional sin ser nada de eso. No sé cuál será la reacción ante una película que no es una comedia ni un thriller cualquiera. Es un combate sobre la vida, la memoria y la imaginación de una mujer que vivió en controversia. Una mujer de la que todo el mundo tiene alguna noticia. La película, como bien decías, tiene un motor que es la duda, no son otros motores emocionales a los que estamos más acostumbrados, pero a pesar de la sensación de rareza, quiero creer que llegará, de un modo u otro, a tocar al espectador.

C.E: ¡Muchas gracias!

P.O: A ti. Me han gustado mucho las preguntas. ¡Te lo agradezco un montón!

Entrevista: Gemma Ribera

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