TEATRO – CATALUNYA – CRÓNICA
Ayer lunes a las 13h la Asociación de Empresas de Teatro de Catalunya (ADETCA), presentó en la habitual rueda de prensa el balance anual de la temporada de teatro en Barcelona 2015-2016, justo antes de ceder el paso a la nueva temporada 2016-2017, la cual ya ha quedado oficialmente inaugurada después de que, por la noche, se celebrase y emitiese por TV3 en directo una nueva gala de Catalunya Aixeca el Teló -traducida como «Catalunya levanta el telón»- en el Gran Teatre del Liceu.
La presentación ha estado encabezada por Bet Orfila, que siendo gerente de la compañía de teatro La Perla 29, ocupa el cargo de presidenta de ADETCA desde el mes de junio. Su discurso ha sido firme, claro y conciso, haciendo hincapié en la defensa del teatro de calidad para así generar un interés por parte del público joven, adulto y sobre todo familiar. «Por cuarto año consecutivo hemos resistido la subida del IVA y la crisis en la cultura. Hemos batallado una temporada más y hemos mantenido la calidad del servicio para el público. El teatro resiste», comentaba orgullosa apuntando que la temporada 2015-2016 en Barcelona se cerró con la cifra de 2.409.000 espectadores totales.
Pese a la disminución del aforo debido a la reducción del número de espacios abiertos y del número de funciones establecidas, la tasa de ocupación y la recaudación han aumentado considerablemente, motivo por el cual resulta lógico que el precio medio de las entradas se haya incrementado un 3%.
En la última temporada de teatro local, un 80% de los espectáculos han sido producciones catalanas. Sobre el público, Bet ha destacado que un 48% de los espectadores fue a ver obras en catalán, un 33% en castellano y un 19% en otra lengua o sin texto. El ranking de los teatros con mayor asistencia a espectáculos de pago lo lideró el Gran Teatre del Liceu, seguido del Teatre Tívoli y el Teatre Poliorama y, en cuanto a las obras más vistas, las tres primeras posiciones las ocupan el musical Mamma mia, en el Tívoli, Antónimos, show del dúo de humoristas Los Morancos, en el Teatre Apolo, y el histórico musical Mar i cel, en el Teatre Victoria.
Este último año los espectáculos de teatro familiar, es decir, especiales para niños, han disminuido, pero en cambio la ocupación ha aumentado un 8,5% respecto a la temporada anterior 2014-2015 y el número de espectadores ha crecido un 6%. Òscar Balcells, como representante de éste género teatral, no ha podido definirlo mejor: «El teatro familiar es una base generadora de nuevos espectadores».
En 2012-2013 el teatro sufrió una caída a causa de los recortes en presupuestos y de la subida del IVA cultural -el cual soporta el sector al completo, más allá del precio de las entradas-. Ahora, por cuarta temporada se estabiliza ese bache, persiguiendo el objetivo de recuperar público y volver a la tendencia tan positiva que mantuvieron desde los años noventa hasta dicha temporada. La presidenta actual concluía señalando la necesidad de que las administraciones pongan en marcha estrategias y políticas a favor de la cultura. Si algo reclama ADETCA es el apoyo de las instituciones públicas y la bajada del IVA: «La cultura es algo que puede cambiar el mundo, y nosotros aun estamos convencidos de ello».
Toni Albaladejo, vicepresidente de la asociación, ha explicado un poco por encima cómo sería la gala de Catalunya aixeca el teló, haciendo referencia a que por primera vez en años no se mostrarían ni títulos ni representaciones de las obras de la temporada que se estrena, sino que pretendía ser una fiesta organizada con «mucha música y muchas ganas de pasarlo bien».
Fuimos al Gran Teatre del Liceu para comprobarlo, y sí, realmente la fórmula parece que funcionó. Guillem Albà condujo la ceremonia acompañado de La Marabunta Band y con The Sey Sisters como coristas. Él mismo hizo broma sobre el hecho de que la gala la presentase alguien no demasiado famoso, pero la verdad es que no lo hizo nada mal.
Con apariciones de las actrices Clara Segura y Laura Aubert -como ayudantes de Albà-, el clown Tortell Poltrona -reivindicando el teatro intanfil- y el músico Joan Colomo -que ha cantado con su guitarra y la banda de fondo un par de veces-, la gala se ha hecho muy amena. Más aun si contamos con la presencia de los números circenses y acrobáticos de Cía. Les Impuxibles y Cía. Psirc y los sorprendentes vídeos proyectados criticando la crisis cultural y luchando por encontrar más espectadores que quieran disfrutar del teatro en todas sus formas de expresión.
Ni rastro de piezas teatrales, tan solo danza, circo, mucha música y mucho humor. Sí, quizá incluso demasiado humor. Del mismo modo que no se hizo referencia a ninguna obra en concreto, tampoco se introdujo el teatro clásico, ese tipo de obras más serias, hechas para reflexionar. Parece que no haya más que comedia, y aunque a todos nos guste reír -y seguramente tengamos más facilidad para acercarnos al teatro si la obra es divertida-, se echó de menos una pizca de seriedad. Claro está que las fiestas no son amigas de la seriedad… como mucho, algo de ironía, que nunca viene mal para dirigirse a los políticos.
Sea como fuere, este concepto de gala tan renovado sirvió, sin duda alguna, para potenciar el nuevo despertar del teatro, con cabida para todo el mundo. Televisió de Catalunya emitió la gala en directo para que pudiera seguirse desde casa, pero nunca se vive igual que si estás ahí presente, más que nada porque el fin de fiesta con Txarango fue un desfase que tan solo unos privilegiados pudimos ver, ideal para volver a casa con las pilas cargadas.
Guillem Albà intentó explicar, entender y hacer entender a grandes y pequeños qué es el teatro y por qué merece la pena apoyarlo. Lo hizo abarcando sus inicios de la mano del equipo radiofónico de La Segona Hora (RAC1) y avanzando hasta el presente con el resto de participantes. Nosotros nos quedamos con el lema de la gala: «El teatro nos hace sentir vivos y se debe compartir». ¡Bienvenida temporada 2016-2017!
Texto y fotos: Gemma Ribera
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