MÚSICA – BARCELONA – CRÓNICA
Para cuando leas estas líneas, Joan Manuel Serrat habrá bajado definitivamente el telón de los conciertos y su relación con el directo será cosa del pasado. Han sido tres los conciertos de despedida en el Palau Sant Jordi de Barcelona, con un total de 45.300 personas y tres noches de entradas agotadas, sumando unos cuantos espectadores más que vieron la retransmisión del último show por TV3.
El cantautor barcelonés lo dejó claro: “Es inevitable que todo lo que empieza se tiene que acabar”. Atrás quedan ya las 74 fechas de la gira ‘El vicio de cantar’. El recital empezó con ‘Temps era temps’, y le siguieron una veintena de canciones para resumir toda una vida. Lo bueno es que el repertorio de Serrat no son simples canciones, sino que son historias, memorias y discursos reivindicativos escritos hace 50 años, pero con total acierto hoy en día, como por ejemplo ‘Pare’ o ‘Plany al mar’ en defensa del medioambiente.
Son las lágrimas imposibles de aguantar cuando suenan ‘La saeta’ y ‘La tieta’. Son mociones a ratos contenidas y a ratos desbordadas. Con su voz temblorosa entona ‘Cançó de matinada’, ‘Para la libertad’ y ‘Me’n vaig a peu’, combinando el castellano y el catalán sin problemas y con largos aplausos a cambio.

“He venido a despedirme, pero con alegría. Han sido muchos años de alegría con este trabajo y todavía puedo cantar, así que dejad de lado cualquier tentación de nostalgia que pueda atacaros y mantened la compostura. […] Nada de lágrimas. Y si las hay, que sean de alegría. ¡Esto es una fiesta!” señalaba ‘el noi de Poblesec’ nada más empezar para cautivar a su público con temas como ‘Cançó de bressol’, ‘Algo personal’ o ‘Es caprichoso el azar’.
De fondo aparecen proyecciones de Hopper, Bansky, da Vinci… la música es arte, eso se sabe, y cada historia tiene un trasfondo expresado en imágenes. Serrat habla de su abuelo, del cambio climático, de su ciudad natal, de conflictos bélicos… siempre con firmeza. Lástima no poder escuchar en vivo ‘El titiritero’, ‘Penélope’ o ‘Ara que tinc 20 anys’, pero ya dijo hace tiempo que no tenía sentido incorporar según qué canciones a la gira del adiós.
Lo que si pudimos escuchar fueron el recuerdo a Miguel Hernández en ‘Nanas de la cebolla’, el canto a su tierra con ‘El meu carrer’ y ‘Barcelona i jo’, las esperadísimas ‘Mediterráneo’ y ‘Cantares’ ni la emotiva ‘Paraules d’amor’. El final no podía ser otro que ‘Fiesta’, para marcharse con la guitarra colgando y ovacionado. Golpe a golpe y verso a verso.
Texto: Gemma Ribera
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