TEATRO – ESPAÑA – CRÍTICA
El Club Capitol de Barcelona es prácticamente el segundo hogar del simpático Toni Moog, quién se define como «humorista con tattoos». Tras pasar largas temporadas presentando allí mismo espectáculos como Blanca Navidad, Facemoog o Singles, le ha llegado el turno a Follamigas, un monólogo que engloba el término tanto en femenino como masculino para tratar las ventajas, los inconvenientes y los trucos infalibles para las distintas personas que mantienen o desean encontrar este tipo de relaciones donde queda prohibido mostrar sentimientos, sobrepasar la amistad y comprometerse.
El show comienza a oscuras con una pequeña pantalla que proyecta la definición del concepto follamiga o follamigo, –aclarando que no debe confundirse con amante ni con amigovio- y acto seguido, con una puesta en escena sencilla pero acertada, aparece Toni Moog, relajado, sentado en un sofá hasta que al poco tiempo de soltar las primeras frases de tono picante, se incorpora y comienza a entablar conversación con el público, sobretodo interactuando con los asistentes sentados en las primeras filas.
Albert Boira, partner y mentor del humorista principal de cartel, tiene un hueco en el escenario justo en el punto álgido, cuando todo va encarrilado y el público ya ha conectado con cada atrevida palabra que sale de la boca de Toni Moog, Parece que se vaya a romper la mecánica y el dinamismo pero Boira sabe enlazar su discurso con el tema de la follamistad y lo lleva a su terreno, logrando conservar la confianza y las risas del público. Entre los dos logran que durante la hora y media de espectáculo toda la sala estalle a carcajadas y participe, de un modo u otro en el excitante monólogo que propone Moog y que completa su colaborador invitado.
- ¿Por qué verlo?
Es cierto que es un tipo de humor particular que no a todo el mundo gusta, pero también es verdad que esa forma irónica y salvaje de contar cualquier historia y esa actitud liberal que caracterizan a Toni Moog hace que tenga un público fiel y receptivo, más aun si se trata de un tema cotidiano como éste, con el que mucha gente puede sentirse identificada. Por algo dicen que las cosas hay que vivirlas para contarlas…
Valoración: ✮✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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