TEATRO – ESPAÑA – CRÍTICA
Ingmar Bergman, uno de los directores de cine y teatro más influyentes del planeta, es el autor original de Escenas de la vida conyugal, una miniserie que se estrenó y emitió en Suecia durante los años 70 y que acabó causando furor en la televisión mundial. Importantes distribuidoras pidieron a Bergman que hiciese una adaptación para la gran pantalla, y, una vez presentada la cinta en los cines de Estados Unidos y Gran Bretaña y comprobado su éxito –ganadora de premios como el BAFTA-, Bergman decidió pasar el guión al formato teatral. Desde los años 80 hasta hoy, esta comedia dramática que trata el concepto de matrimonio en todas sus facetas posibles, no ha parado de girar hasta llegar a Barcelona, donde se puede ver estos días.
Esta representación escénica aterriza en España después de una larga temporada triunfal en Argentina a cargo de Norma Leandro, quién protagonizó la obra en 1992 en compañía de Alfredo Alcón y ahora dirige a un soberbio Ricardo Darín y una enérgica Érica Rivas -que sustituye desde hace un año a Valeria Bertuccelli-, los cuales se meten en la piel de la pareja, Juan y Mariana, a la perfección.
La historia es atemporal y se desarrolla en una continuación de escenas tituladas e introducidas previamente por los mismos actores, a través de las cuales se relata la vida de un matrimonio y la relación interpersonal que se establece con el paso del tiempo, incluyendo hijas y un divorcio de por medio. La obra tiene un comportamiento agresivo en las conversaciones que se contrapone a la ironía de algunas respuestas y está dotada de una descarada locuacidad que se viste de gala para un continuo cortejo. De carácter meramente argentino, es cierto que, en ella, Rivas toma las riendas del registro humorístico y Darín hace de Darín, tambaleándose entre cómico y profundo pensador, pero de todas formas la química que hay entre ellos y su profesionalidad es más que evidente, y, precisamente, eso es lo que ocasiona que el público se ría y lo pase bien sea cual sea el nivel dramático de la situación.
- ¿Por qué verla?
Aunque los personajes actúen con una coraza, en el fondo todo lo que se dice es visceral y está tan bien interpretado que incluso en algunas de las escenas ni siquiera hay atrezzo necesario. Exponiendo las preocupaciones, los sentimientos, los conflictos y los deseos que toda pareja enamorada puede tener en la realidad, hacen sentir cómodos e identificados a los espectadores, de manera que puede decirse que Escenas de la vida conyugal es una obra sublime. Se podrá ver hasta el 18 de octubre en el Teatre Tívoli de Barcelona y del 21 de octubre al 15 de noviembre en los Teatros del Canal de Madrid.
Valoración: ✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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