REVIEW: «Palmeras en la nieve» es un si pero no

nieve

CINE – ESPAÑA – CRITICA

Palmeras en la nieve es la adaptación cinematográfica de la novela homóniima de Luz Gabás, la cual ha llegado este 25 de diciembre a la gran pantalla bajo la dirección de Fernando González Molina y con el ídolo de adolescentes Mario Casas y Berta Vázquez, su pareja también en la vida real actualmente, como protagonistas de este drama histórico que refleja como era la vida política y social en las colonias de la Guinea Ecuatorial de mediados del siglo XX.

Situada en los años 50 y 60, yendo del brazo con el presente, es una película muy trabajada sobre todo a nivel de fotografía ya que contiene una impecable recreación de los espacios y lugares de la época y está repleta de colores, aromas y atuendos varios que fijan la mirada del espectador hacia el paisaje y atrapan desde el primer momento. Además, se nota un esfuerzo en el guión de Sergio García Sánchez por enlazar la realidad con la ficción, pese a que a medida que avanza la trama principal, uno se da cuenta de que la interpretación de los actores deja mucho que desear.

Especialmente Mario Casas, el actor fetiche del director, es quien menos llega a la altura de este papel tan serio que precisa de una mayor sensibilidad y credibilidad, puesto que su personaje Killian, un joven de Huesca que llega a Guinea en 1954 para trabajar en la plantación de café junto a su padre (un vanidoso Emilio Gutiérrez Cabay su hermano Jacobo (Alain Hernández), si que es un hombre fuerte que puede permitirse ir sin camiseta y aparecer teniendo relaciones sexuales desde el principio del film, pero no cumple las expectativas en un papel tan emocional.

Adriana Ugarte da vida a la hija de Jacobo y por tanto sobrina de Killian, y es quien establece la conexión entre el presente y el pasado. Emprende un viaje a Guinea para completar su investigación sobre la colonización y la independencia política y conocer los detalles sobre la situación vivida por sus familiares. La intención de los creadores de que el público se identifique con los personajes, sus personalidades y sus experiencias, es mayoritariamente un intento fallido por la dicha falta de credibilidad, pero quizá Clarence, el personaje de Ugarte, se muestra como el más auténtico aunque no acabe de definirse por culpa de sus idas y venidas.

El gran descubrimiento de esta obra cinematográfica es Berta Vázquez, la cual borda su interpretación de Bisila logrando transmitir cada uno de sus pensamientos sin ni siquiera hablar, solo con su caminar o su intensa mirada, una actriz revelación a la que seguro le espera un largo camino por delante tanto en televisión como en el cine.

Macarena Garcia, Fernando Cayo, Daniel Grao y Laia Costa son otros de los nombres que forman parte del reparto, aunque en total la película ha contado con 3.500 personas. Palmeras en la nieve es un largometraje de 163 minutos de duración, una de las superproducciones españolas más esperadas y ambiciosas de los últimos años con la ayuda de Atresmedia Cine que ha resultado demasiado dilatada, pues podía contarse lo mismo y obtener incluso un mejor resultado con menos tiempo.

  • ¿Por qué verla?

En conjunto Palmeras en la nieve es un melodrama interesante y profundo que ha recibido cinco nominaciones a la 30ª edición de los Premios Goya, entre las que indudablemente no podía faltar la candidatura a Mejor canción original, que lleva el mismo título y ha sido creada por Pablo Alboran y Lucas Vidal, el compositor de toda la banda sonora tan épica y adecuada. En los primeros días de estreno ya ha recaudado más de medio millón de euros, así que promete ser una de las películas del año, tal como estaba previsto a causa de su amplia campaña de marketing y publicidad y, como no, la variedad de público objetivo al cual se destina.

Valoración: ✮✮

Texto: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE

Aquí el trailer:

Un comentario

  1. dondesereflejelaluna

    Un rewiew muy interesante. Lo cierto es que este fin de semana dudaba si ver Palmeras en la nieve o Las sufragistas, terminé decantándome por la segunda al ver que duraba casi tres horas y porque Mario Casas no es santo de mi deboción. Había colas enormes para entrar a verla y las entradas estaban agotadísimas, una razón más para ver Las sufragistas. Te animo a leer mi primera entrada dedicada a esa película. Un saludo

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