TEATRO – INTERNACIONAL – PRESENTACIÓN
Uno de los maestros de la ópera de todos los tiempos, el tenor y director de orquesta Plácido Domingo, regresa al Gran Teatre del Liceu de Barcelona con la obra Simon Boccanegra de Verdi, la cual cantará los días 23, 26 y 29 de abril de 2016. Con motivo de la celebración del 50 aniversario de su debut en ese mismo teatro, ha comparecido ante los medios esta mañana para hablar de su trayectoria y su reaparición con ésta obra teatral.
Plácido Domingo estuvo en la ciudad Condal entre 1972 y 1981, época en la que él y su mujer querían que sus hijos estudiaran en España. «Después mi carrera empezó a crecer internacionalmente y como tenía contratos asiduos en Nueva York, decidimos irnos para allá básicamente por eso. ¡El mundo es tan grande que siempre he tenido invitaciones aquí o allá, y con el paso del tiempo perdí un poco el contacto.» Aun así, ha afirmado estar encantado con todo lo que le ha pasado desde entonces y de poder estar aquí de vuelta a día de hoy.
Ha destacado que cada ópera hecha a lo largo de su carrera ha tenido su momento de gran importancia y ha sido especial por varias razones. No podría decir cuál ha sido mejor o peor pero sí que ha recordado algunas funciones que guarda en su memoria con mucho cariño entre tantas actuaciones vividas al lado de grandes compañeros de profesión y amigos como Montserrat Caballé, Josep Carreras, Pedro Lavirgen o Vicente Sardinero. Su debut en el Liceu -que curiosamente fue su debut en España, ya que en su Madrid natal no actuó hasta los años 70- ocurrió en el año 1966, cuatro años después de contraer matrimonio y de mudarse a Israel con un contrato que se alargó a dos años y medio, además de una previa ruta por toda la Península Ibérica antes de aterrizar en Barcelona con la oferta de interpretar Carlota de Luis Sandi, Severino de Salvador Moreno y La mulata de Córdoba de José Pablo Moncayo, tres óperas mexicanas que firmaron sus comienzos en nuestro país.
Pasados estos 50 años Domingo sigue batiendo récords. Dice el tenor que lleva la cuenta de sus actuaciones al detalle y que ya suma unas 750 obras cantadas en el Metropolitan Opera House de Nueva York, alrededor de 300 obras dirigidas, 146 papeles interpretados y 3.821 funciones en todo el mundo actualmente. «¡El mundo de la ópera es una locura!» ha sentenciado.
En cuanto a una posible retirada de los escenarios, ha confesado que «La voz no es eterna, claro que me tendré que retirar…» Ha explicado que lleva medio siglo siendo tenor y que por suerte hace poco ha podido cambiar cuerdas y pasar de ser tenor a barítono. Este hecho le ha permitido alargar su carrera y facilitar su comodidad vocalmente hablando. «He superado problemas de salud y la verdad es que mientras yo, que soy el juez más duro conmigo mismo, considere que estoy bien y que aún pueden haber experiencias muy gratificantes seguiré en pie». Con esto viene a decir que mientras el público no sienta que debe retirarse y él pueda seguir ofreciendo cosas nuevas con los teatros llenos, seguirá cantando. Está al frente de LA Opera en Los Ángeles (EE.UU) y tiene mucha actividad con el concurso Operalia, de dónde han surgido los mejores cantantes de los últimos 24 años por todo el planeta y, por si fuera poco, va firmando contratos y tiene asegurados nuevos repertorios para los próximos tres años. Por tanto, tal como ha afirmado él mismo: «Mi actividad artística seguirá pero soy consciente que de cantar tendré que parar.»
A pesar de que cuando se le ha informado del plan de remodelación de la fachada del Liceu ha manifestado que «Debería ser más llamativo para captar más la atención del público», ha repartido elogios de todo tipo hacia el teatro: «Tiene una tradición grandísima pero se nota que ha subido de categoría. Hoy en día existe un repertorio excelente y mayor y es para mí una satisfacción haber cantado y seguir cantando aquí. No puedo ni siquiera pensar que estuve hace 50 años aquí, con 25 ¡y ahora tengo tres veces 25!».
Simon Boccanegra ha sido versionado muchas veces y de forma distinta. En esta ocasión es una producción propia del Liceu y el Grand Théâtre de Ginebra cuyo elenco incluye a Leo Nucci y a Giovanni Meoni. No tiene mucho que ver la de hace 20 años con la actual porque la producción ha cambiado, al igual que el atrezzo y la escenografía, pero es una adaptación única. «Yo prefiero la auténtica situada en su época pero si no hay nada que me moleste demasiado puedo estar de acuerdo con el director de escena. Me siento cómodo ahora que he probado los trajes, veremos a partir de los ensayos», se ha sincerado Domingo, recién llegado a Barcelona y aún con ensayos pendientes. Teniendo en cuenta que estrenará el 23 de abril, día señalado en Catalunya por ser la Diada de Sant Jordi, el tenor ha dicho «Es un día muy bonito. Creo que la gente tendrá ganas de festejar, pero también de venir al Liceo, ¿no?»
La directora artística del teatro, Christina Scheppelmann, ha señalado que la actitud positiva ante la vida que tiene el señor Domingo es admirable y seguramente es el mejor secreto de belleza que pueda haber. Él, por su parte, ha concluido que «Uno tiene que amar lo que hace. Yo tengo la fortuna de tener a una familia extraordinaria a parte, como no, de la gran familia de los teatros.» Si hay un ambiente malo, él procura que se vuelva bueno, y si ya es bueno, que sea mejor, y eso sí que es un gran gesto.
Las entradas para los días en los que actúa Plácido Domingo están agotadas, pero pueden consultar más información sobre el espectáculo y conseguir entradas para los restantes.
Texto y fotos: Gemma Ribera
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