MÚSICA – ESPAÑA – CRÓNICA
Después del triplete de la semana pasada en el Bardclay Center de Madrid, Malú aterrizó anoche en el Palau Sant Jordi como parte de su paso por Catalunya con el #TourCaos, ya que pese a ser fecha única en Barcelona estuvo en Girona, y en verano actuará en Lleida (22 de julio), Festival de Cap Roig en Calella de Palafrugell (4 de agosto) y Tarragona (10 de agosto). Totalmente enérgica, entregada y emocionada, se rindió ante un público envolvió, tanto a ella como a todo su equipo, de aplausos y cariño.
Nuevamente con éxito de convocatoria, Malú pisaba el escenario del Sant Jordi por tercera vez en tres años, en esta ocasión bajo la atenta mirada de 15.800 personas. Largas colas, muchas horas de espera, atasco en los puestos oficiales de merchandising antes de empezar… y corriendo a coger buen sitio para recibir a la cantante madrileña como se merece. La banda revelación Morat, de Colombia, salió 20 minutos antes para telonear a Malú y acortar así los minutos que faltaban para el concierto, pero a las 21h y pocos minutos, se apagaron las luces, apareció la intro y comenzó el show con la interpretación de Cenizas seguidamente de De vez en cuando, ambas canciones de su último disco: Caos.
Al primer turno de hablar, a la hora de saludar y establecer la primera toma de contacto con el público, el discurso de Malú fue totalmente motivador, con frases cómo «Espero que os lo paséis bien, espero que salgáis de aquí con toda la energía para comeros el mundo. […] preparar este espectáculo para vosotros, para estar a vuestra altura, ha sido todo un reto, espero que os guste.» y de ahí dio paso a temas como Deshazte de mi, Te conozco desde siempre y Nos sobró la ropa –en éste último se atreve a tocar los bombos y deja un minuto de oro a las guitarras para que saquen lo mejor de sí-. Es aquí cuando va introduciendo ya los discos anteriores y combinando y ajustando las luces según la intensidad de cada canción.
Hablando de temas anteriores que han marcado su carrera, para no abandonarlos, en esta gira se marca un pequeño y original medley con Enamorada, Diles, Si estoy loca y Me quedó grande tu amor. El mono brillante que luce al inicio se ve sustituido por un vestido azul muy al estilo de una patinadora olímpica, y cantando desde una plataforma elevada, va desplazándose horizontalmente por el escenario hasta bajar al nivel del suelo para pisar la pasarela que le acerca al público presente en la pista. El apagón, Me fui y Quién, prosiguen el repertorio, con especial mención a Me Fui ya que la canta en la plataforma circular de la punta de la pasarela junto a un curioso y arriesgado juego de luces en tono verde.
«Hay canciones que hagas lo que hagas con ellas siguen siendo especiales. En esta gira hay canciones que he querido hacerlas diferente para que haya momentos más íntimos para nosotros, y lo que ha salido es esto.» explicaba antes de interpretar en formato acústico Ni un segundo, Desaparecer -la cual fue casi toda cantada por el público, a lo que ella respondió con un «¡Qué bonito Barcelona!- y Que nadie. Lo cierto es que todos los presentes cantaban a todo pulmón todos los temas, y ella se dejaba llevar encarando el micrófono a todo su séquito de seguidores cada dos por tres, siempre con una amplia sonrisa en la cara como símbolo de máxima felicidad y emoción recíproca.
Con un traje negro muy elaborado con toques étnicos, después de cantar desde el escenario, dándolo todo con sus músicos, Rozando el cielo y Caos -el tema central situado en el centro de la setlist– regresaba al centro para, en compañía del piano, dar forma a Mi mundo en el aire y Ángel caído. El ambiente comenzaba a adquirir un poco de dramatismo puesto que la capacidad para conmover a los presentes era cada vez más evidente y efectiva. Devuélveme la vida fue la gota que colmó el vaso, momento en que Malú abrió sus brazos y, agradecida, reunió al público -que aun cantaba más fuerte- en un gran abrazo.
Encadenada a ti vino presentada por un estudiado «Estoy encadenada a vosotros» y No voy a cambiar tuvo una versión «hablada» que no convenció mucho. De todas formas, Ahora tú y Vuelvo a verte pusieron un toque romántico que es imposible pasar por alto y se antepusieron a la potencia de Quiero, el que fuera primer single de su último disco y que supuestamente, iba a cerrar el concierto, con despedida final de la banda incluida.
Como ya es sabido, si las luces del recinto no se encienden…el show no ha terminado, y evidentemente así fue, ya que quedaban aun canciones muy aclamadas y reconocidas por descubrir en directo. Sin duda alguna, el momento más mágico de la noche fue cuando desnudó el clásico Aprendiz y le puso toda la garra y la estima del mundo. «Es una canción muy grande. Un día la desnudé, la vi desnuda y todavía se hizo más grande si cabe. Quería cambiarla en esta gira pero al final decidí que debía quedarse tal como es, tan grande como vosotros.», dijo de ella antes de cantarla. Justo al terminar se hizo la luz y todo el Palau se puso en pie brindando una ovación de un par de minutos, a la cual Malú reaccionó con la mano en el corazón y realmente enternecida.
A prueba de ti y Toda completaban el primer bis, pero, tal como pedían a gritos, el concierto no podía acabar sin que sonara Blanco y Negro. Tras presentar a los miembros de su banda, Malú se despedia afirmando «Barcelona, me haces sentir cosas tan increibles, me haces sentir tan especial siempre que me subo a un escenario aquí. Es especial cada noche que me regalas, que ya son muchas… Gracias, sois muy grandes.» y una versión mucho más cañera de Como una flor ponía punto y final al espectáculo con globos, confeti y efectos de pirotecnia.
Coincidiendo justo el mismo día con el estreno del documental Malú: Ni un paso atrás en los cines Yelmo de las ciudades por donde está de gira, obra cuyo éxito está asegurado gracias a todo el apoyo que tiene dia a dia, Malú dio la talla en Barcelona. Sustentada por el rock melódico que tanto la caracteriza pero enseñando su vena más flamenca y también su lado más dulce, se dejó la voz y el corazón y se rindió ante un Palau Sant Jordi totalmente receptivo y participativo. Lo que está claro es que una artista que brilla con luz propia, la cual se nota que lleva muchos años en la música trabajando duro y que a diario se entrega por completo a quienes le han permitido llegar donde está, siendo considerada una de las mejores voces femeninas del panorama nacional. Precisamente por ello puede permitirse crear mucho merchandising -incluyendo vasos, método que nunca antes habíamos visto en el Sant Jordi-, a parte de construir una puesta en escena hecha a medida y adaptada a sus gustos. Cada gasto y todo el esfuerzo se ve recompensado, y eso es suficiente contando la de gente que es feliz viéndola a ella feliz.
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Texto: Gemma Ribera
Fotos: Patricia Vergara y Gemma Ribera > © COMOexplicARTE