TEATRO – CATALUNYA – PRESENTACIÓN
Después del exitoso 40 aniversario de Mar i Cel, la compañía Dagoll Dagom regresa al Teatre Victòria de Barcelona esta temporada a partir del 23 de septiembre con la comedia de aventuras Scaramouche, una nueva propuesta teatral en formato musical que combina canto, interpretación, coreografías, música y un gran trabajo de escenografía, logrando así más disciplinas que cualquier otro musical. En comparación con el espectáculo anterior, Scaramouche tiene una mayor duración, más texto hablado y una amplia banda sonora situada entre lo épico y lo lírico; todo ello para contar una historia que se aleja del teatro contemporáneo tan ligado a la realidad que se ve últimamente en la ciudad con el fin de mostrar un mundo de fantasía con un contenido que indaga en la revolución francesa y que, igualmente, puede mantener una conexión con la realidad actual por esa mezcla entre la comedia de’ll Arte y el género dramático.
Joan Luis Bozzo, el director, define Scaramouche como una obra derivada de la novela homónima que escribió Rafael Sabatini en 1921 y, a su vez, del clásico film histórico que dirigió George Sidney en el año 1952. Con influencias de ambas obras además de otros documentos y seres mitológicos nace este musical que ya hace más de un año que se prepara, con la idea original del pianista y compositor Albert Guinovart.
Partiendo de un personaje principal que está desdoblado en Reneé y Louis, dos hermanos gemelos muy distintos -uno forma parte de la nobleza y el otro del teatro-, resulta una comedia musical con toques muy emotivos que entremezcla y reúne de una forma especial el mundo de la novela de capa y espada, el mundo de la comedia de’ll Arte y el mundo de la revolución francesa. En el escenario cuentan con 18 actores elegidos del casting al que se presentaron 300 aspirantes, pero, en total, el proyecto lo configuran alrededor de 40 personas. Entre los integrantes del reparto están Toni Viñals en el papel protagonista de Scaramouche, Ivan Labanda como marqués del Echalonne; Ana San Martin interpretando a Olympia y Mireia Mambo a Camilla, sin menospreciar al resto de artistas: Jordi Coromina, Clara Moraleda, Albert Mora, Frank Capdet, José María Hernández, Anna Alborch, Pep Ferrer, Eduard Mauri, Jan Cerrojo, Lucía Torres, Neus Pàmies, Cristina Murillo y Mireia Dulce.
La música utilizada tradicionalmente en la cinematografía de los años 50 y 60 es la que ha inspirado la estética musical de Scaramouche. Ese tipo de banda sonora tan intensa y contenida en si misma es la que suena en la obra; una música reivindicativa que usa varios lenguajes para narrar melódicamente lo que ocurre en las distintas escenas. La dirección musical la lleva Joan Vives, quién también fue el creador de las letras junto al director de la obra y el intérprete David Pintó, y Guinovart es el encargado de la orquestración, con diez músicos tocando en directo en colaboración con una orquesta sinfónica de Lleida.
Colocando la comedia por encima de la tragedia y trabajando con materiales coloridos, tejidos naturales y con un ambiente de salón galán, Dagoll Dagom ha logrado una producción teatral de gran universalidad, hasta el punto de que si no conociésemos la obra de Shakespeare, podría decirse que va encaminada hacia esa dirección. La compañía ha ajustado el presupuesto de 800.000 euros a la perfección para invertir en un proceso de creación al más puro estilo Broadway y sacar adelante un musical de alta categoría.
Para poder encajar todos los sectores de producción han habido hasta la fecha de estreno muchos cambios a la hora de tomar decisiones estéticas y de escena, así como varias versiones de guión que se ha ido adaptando a dichos cambios. Sin embargo, la complicidad entre los distintos elementos y todo el equipo ha facilitado un resultado precioso, al menos viéndolo desde platea. La responsable de la producción escénica Anna Rosa Cisquella ha respondido esta mañana a los medios que no quiere repetir Mar i Cel y por este motivo se han construido un espectáculo distinto. Ha explicado que, manteniendo la vocación de espectáculo familiar, en esta ocasión siendo un musical de gran formato no es un espectáculo caro, ya que la entrada más cara vale 49€ y además disponen de varias ofertas para grupos y escuelas, buscando a todo tipo de público.
- ¿Por qué verla?
Por si la historia no fuera suficientemente atractiva, la complejidad de las coreografías diseñadas por Francesc Abós y especialmente de la caracterización y del vestuario de Eva Fernández -trajes de hasta 30kg hechos a medida con materiales de calidad comprados en Francia- consiguen recrear el pueblo francés de 1789 y posicionarnos en un contexto de revuelta y cambios inesperados. Scaramouche es una obra de 2h 45 minutos con entreacto incluido que pretende quedarse en el Teatre Victòria como mínimo hasta Navidad, aunque Cisquella ha afirmado que «el teatro es muy imprevisible y todo depende de como la gente responda y difunda la obra» así que ya sabéis…
Texto y fotos: Gemma Ribera
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