TEATRO – CATALUNYA – CRITICA
Pep Anton Gómez y Jordi Sánchez son los autores de Avui no sopem, el primer espectáculo de la temporada 2016-2017 del Teatre Condal de Barcelona, que podrá verse hasta el mes de noviembre. Es una sitcom centrada en una improvisada reunión familiar y estructurada de manera que los conflictos van creciendo a medida que pasan las horas. Parece usual, pero tiene la peculiaridad de que los directores han querido desordenar el esquema narrativo para ir alternando la introducción de los personajes y dejar para el desenlace los rasgos más relevantes de cada uno de ellos.
Esta comedia catalana cuenta con cinco protagonistas que van apareciendo poco a poco en el escenario. Todos ellos se van turnando para entablar diálogos banales y las típicas conversaciones dónde se habla de los que están detrás de la puerta, aunque sin duda lo mejor son las discusiones que mantienen cuando los cinco están presentes.
La espontánea familia está formada por el padre gruñón pero protector; la madre cocinera, cariñosa y generosa; y sus dos hijos: un varón separado y egoísta al que solo le importa el dinero, que se ha juntado con una histérica que solo quiere ser el centro de atención; y la indómita hija menor que vive acomodada en casa. La interpretación de los actores Jordi Banacolocha, Maife Gil, David Bagés, Susanna Garachana y Mercè Martínez es correcta pero no sublime, no porque haya una falta de capacidad o credibilidad, sino que es por la simplicidad del papel, ya que se limitan a intentar sacar lo mejor de las figuras planas que les han tocado.
Lo bueno es que el humor que utilizan no es pretencioso, sino que al contrario, surge de forma natural. El tono de las conversaciones es el que cualquiera puede usar en casa y está caracterizado por un vocabulario un tanto coloquial, que nace del lenguaje directo que carece de tabús. Los problemas de avenencia entre los miembros de la familia que se nos presenta son obvios pero también congruentes, seguramente porque parten de un guión tradicional que se ha ceñido a la idea de hacer poca cosa pero hacerla bien, deseando que la obra no saliese malparada en caso de aplicar un mayor riesgo en cuanto a la ambición.
Los estados de ánimo que más abundan son la envidia, la rabia, la intolerancia y la descortesía; actitudes que provienen de situaciones reales de rebeldía y que se intentan corregir por medio de la palabra tratando de buscar las motivaciones de los personajes. Sólo así es posible derribar el arquetipo concreto de cada uno y los prejuicios hacia ellos.
La escenografía de Joan Sabaté integra todos los elementos necesarios en un único espacio, el comedor. Además, están incluidas las entradas y salidas -necesarias para dar vida a los momentos de transición sin perder el ritmo- y la completa visibilidad, por parte de los intérpretes y del público, de los focos y la iluminación de Jaume Ventura. El decorado es muy básico pero está bien logrado, y los personajes se pasean como si realmente ese sitio fuera su hogar, así que en conjunto Avui no sopem resulta una obra muy cercana.
- ¿Por qué verla?
Con la intención del tándem de directores de deshacer los clichés de una misma familia a través de la exploración de los pensamientos y los intereses que unos tienen por otros, en esta obra es fácil identificarse con alguno de los personajes o alguna de las escenas que representan. Y si no es el caso, seguro que se os viene a la mente algún ser querido que sigue el mismo patrón que uno de los familiares. La vertiente cómica combinada con la reflexión dan como resultado una pieza teatral que, aun siendo muy horizontal, te saca una sonrisa gracias a su conseguida naturalidad.
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Valoración: ✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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