MÚSICA – ESPAÑA – CRÓNICA
Leiva agotó entradas para su concierto en la sala Razzmatazz del día 2 de diciembre al poco tiempo de salir a la venta así que, aprovechando su paso por LOS 40 Music Awards, apostó por quedarse en Barcelona el fin de semana y repetir concierto el 3 de diciembre. Tuvimos oportunidad de presenciar la primera parte de este doblete que forma parte de su gira Monstruos y vaya, cabe decir que desde que subieron al escenario demostraron que los verdaderos «monstruos» -en el sentido de «genios»- son ellos, los integrantes de la Leiband, nombre con el que se conoce a la banda de músicos que acompañan al cantante.
Hace cinco años que se disolvió el grupo de rock Pereza que Leiva compartía con Rubén Pozo, pero parece que iniciar una carrera en solitario no le ha perjudicado, sino todo lo contrario. Cuenta con tres álbumes al mercado -el último Monstruos, que recientemente ha sido disco de oro-, siempre está de ruta viajando para dar conciertos y cada vez le llueven más premios y le adora más gente. Eso sí, los incondicionales siguen ahí desde el principio porque, igual que él, son fieles a su estilo. En Razzmatazz quedó bien claro. Pocas palabras hicieron falta para que el público se motivase, aplaudiera y cantara letras enteras hasta hacerlo callar. Sí, señores, el rock&roll estaba servido.
Los siete componentes de la banda, con Leiva a la cabeza, saltaron al escenario como fieras, con las garras y las ganas a la par para hacer un concierto salvaje, puramente enérgico. Después de la intro y de interpretar Animales, el vocalista saludó con un «Bona nit Barcelona!», pero fue tras Guerra Mundial cuando dio el primer discurso. «Para nosotros es emocionante reencontrarnos aquí con vosotros […] gracias por elegirnos. Que duda cabe, trataremos de ofreceros nuestra mejor versión», dijo precisamente para anunciar Mi mejor versión. «T’estimo molt!» fue su reacción al ver que la sala cantaba con fuerza. A ese tema le siguieron Palomas y Que no mueran los cantantes, los cuales se pueden encontrar en Pólvora, el disco anterior.
Para justificar esa mezcla de música nueva con música de antes explicó: «Cada vez es más difícil confeccionar un repertorio. Siempre abandonas canciones que se van quedando atrás pero hay algunas que no las puedes quitar». Uno de sus temas veteranos, Windsor, lo presentó confesando: «Me gusta recurrir a la cantera. Hay una canción que me propuse quitarla este año, pero no puedo. Un año más, sigue sonando en nuestro once inicial».
Pero no es la única, porque de Pereza también sonaron Superhemanas, Como lo tienes tú, Estrella polar y Lady Madrid. Para ésta última, siendo la canción de cierre, el cantante madrileño aplicó una tradición que lleva años manteniendo en sus conciertos, que es la maravillosa idea de pedir un «apagón de móviles y cámaras» durante los tres minutos que dura, para que todo el mundo disfrute de la buena música sin mirar a través de la pantalla. ¡Confirmamos! ¡Se puede estar en un concierto con las manos libres y en el aire! Por lo menos unos minutos… algo es algo.
Entre tanto tema propio, hubo hueco para introducir e interpretar Contra las cuerdas, tema del grupo Sidecars en el que colabora Leiva. El repaso de sus temas más míticos y guerreros prosiguió con Breaking bad, Miedo y Ciencia ficción, hasta que por unos instantes cambió la guitarra eléctrica por la acústica para cantar a solas junto al público Vis a vis -su tema más profundo- y también para dedicarle a su hermana, presente en la sala para celebrar su cumpleaños, el tema Monstruos -canción que reconoció escribir a partir de una estrofa que nació en un hotel estando de gira, unos versos que sin pensarlo se acabaron dando sentido al disco entero-. Electricidad, Medicina, Terriblemente cruel y Mirada perdida devolvieron después la vivacidad al show.
«El éxito es subirse a una furgoneta con los amigos y poder seguir viviendo de la música, y tengo la suerte de hacerlo con mis amigos de toda la vida», afirmó con seguridad en el momento de presentar a la banda. Y es que, aparte de complacer al público, tuvo palabras de agradecimiento hacia los músicos y también para «el engranaje que no se ve», es decir, el equipo técnico y toda su demás gente. Entre risas, bailes y satisfacción, la noche se quedó en una auténtica fiesta del rock que terminó por todo lo alto, con un bis que comprendía su single Sincericidio y la ya comentada Lady Madrid.
Texto: Gemma Ribera
Fotos: Marta Garcia > © COMOexplicARTE