MÚSICA – INTERNACIONAL – CRÓNICA
Hace casi medio año que salieron a la venta las entradas para los conciertos de la nueva gira de Ed Sheeran, incluso antes de que publicase su tercer álbum ÷ (Divide). Aun así, fue anunciar que actuaría en Madrid y Barcelona los días 8 y 9 de abril y se agotaron en cuestión de horas. Si, este joven pelirrojo que nació en el Reino Unido y que compone canciones románticas los 365 días del año se ha convertido en un ídolo para los millennials -es decir, aquellos nacidos a partir de 1980-. Su figura y su música han hecho que no sea una simple moda sino un fenómeno. Él apareció en la industria musical para quedarse y así lo demuestra en cada uno de sus shows. Anoche estuvimos presentes en el #DivideTourBarcelona y qué decir… el artista se hizo suyo todo el Palau Sant Jordi.
Él mismo lo canta en una de sus canciones: «I’m just a boy with a one-man show» (Soy solo un chico con un espectáculo en solitario). Tal cual. Es el hombre orquesta del momento. A la hora de subirse a un escenario le bastan la guitarra acústica -bueno, varias… e incluso una eléctrica- y el pedal -o mejor dicho la maquinaria en general- para hacer efectos looper y pregrabar su voz. Nada de músicos ni pasarelas que agiganten el decorado. Sin duda, sabe como convencer a la audiencia que elige escucharle.
Ryan McMullan y Anne-Marie pasaron antes que Ed Sheeran como teloneros del artista principal y consiguieron dar a conocer su música y hacer disfrutar a la gente. A las 21h, puntualísimo, el pelirrojo se presentó con la autobiográfica Castle of the hill. Tras ella vino Eraser, también de su tercer álbum, y acto seguido, el primer flashback de la noche: el clásico y tierno The A Team. Las luces de los móviles no tardaron en encenderse, pero no solo en este tema, sino en todas las baladas.
Plantado en medio del escenario aunque saltando sin parar y por tanto refrescándose cada 10 minutos, estuvo acompañado únicamente por un costoso y animado montaje de pantallas. Ahí se intercalaban fragmentos del cantante en directo con proyecciones de letras, vídeos e imágenes relacionadas con las canciones interpretadas.
A primera vista, a Ed Sheeran se le ve un tipo dulce y con gracia, pero en el fondo es más tímido de lo que parece. De todos modos, se nota que escribe con el corazón y verlo interpretar con tanta naturalidad y sensibilidad esa mezcla de estilos folk, pop y R&B, hacen de él un ser entrañable. El recinto de Montjuïc estaba plagado de adolescentes y de niños a punto de descubrir a una estrella, pero también de adultos que se dejaron la piel haciendo los coros a quien, queriendo o sin querer, cuya música les ha marcado en algún momento de sus vidas.
La enérgica canción Don’t finalizó cediendo el paso a un trozo de New Man. Y a partir de ahí, sin ningún orden en particular, fueron sonando temas que resumen la trayectoria y ejemplifican el despunte musical del británico. Entre cambio y cambio de guitarra, la setlist cumplía con lo previsto: Dive, Bloodstream, Happier y Galway Girl -que puso el toque más celta junto a otro tema titulado Nancy Mulligan-. Solo hubo la intervención de un teclista en How would you feel, el cual generó los minutos más relajados del concierto. Esa calma y emoción se amplió con I see fire, que llegó de inmediato, justo después de entonar el estribillo de Human, tema que originalmente canta Rag’n’Bone Man.
Muchos sospechaban que Barcelona, el polémico tema repleto de clichés turísticos de la Ciudad Condal, sería el colofón de la fiesta. Pero se equivocaron, ya que se avanzó hasta la mitad del show. Es un tema que no toca en todos los conciertos pero, aunque estemos en abril, la gente de la capital que la inspiró la pedía como agua de mayo y no podía faltar en el repertorio. Es cierto que también sonó en Madrid el día anterior, pero tal como el artista publicó en su cuenta de twitter una vez finalizado el concierto: «Playing Barcelona tonight in Barcelona was a moment» (Tocar Barcelona en Barcelona esta noche fue un momentazo).
Reposados a la vez que aclamados fueron Perfect y Thinking out loud. A continuación Sing apareció para reavivar los ánimos, y por supuesto enardeció al público. El bis lo protagonizó la cautivadora Shape of you. Para poner el broche de oro a la cita tras una hora y media actuando sin descanso, rescató You don’t need me, I don’t need you de su primer disco; ideal para dejar constancia de su habilidad para tocar la guitarra, cantar, rapear y satisfacer a miles de personas sin ni siquiera rozarlas.
Faltaron I’m a mess, Photograph y otros temas antiguos. Pero teniendo en cuenta que se trataba de la presentación de Divide, bastante hizo ya con no hacer pausas, meter más de 15 canciones en la lista y regalarnos Barcelona.
Texto: Gemma Ribera
Fotos: Marta Garcia > © COMOexplicARTE