CINE – INTERNACIONAL – CRÍTICA
65 años del Festival de San Sebastián han hecho falta para premiar a una mujer latinoamericana con la Concha de Plata a la Mejor Dirección. La realizadora china Xu Jinglei se alzó con ese galardón en el año 2004, pero en esta ocasión, la directora y productora argentina Anahí Berneri fue quién rompió con la maldición del ‘machismo’ del Zinemaldia. Gracias a su trabajo en la película Alanis, se consagró en el certamen y puso fin a esa herencia que parecía no querer dar el merecido reconocimiento a las cineastas del panorama actual. Este retrato-documental que cuenta la historia de una prostituta que se niega a victimizarse y que lucha por mantener su trabajo de forma digna obtuvo también el Premio Cooperación Española y su protagonista, Sofia Gala Castiglione, ganó la Concha de Plata a la Mejor Actriz del #65SSIFF.
La quinta película de Berneri llega después de metrajes ejemplares como Por tu culpa (2010) o Aire libre (2014). Su planteamiento y su tratamiento están tan bien definidos que la han convertido en una auténtica obra de arte dentro de lo que hoy en día se conoce como cine de autor.
Alanis, la protagonista, es una trabajadora sexual que ejerce la prostitución en un piso de Buenos Aires compartido con Gisela, una amiga que es considerada su «tía». De la noche a la mañana, a causa de las denuncias de los vecinos, dos oficiales y una asistente social irrumpen en su portal y detienen a su compañera. Por si eso fuera poco, el dueño de la propiedad alquilada decide dejar a Alanis en la calle, sin sus pertenencias y con su hijo de año y medio en brazos. Es a partir de ahí cuando se dispara un debate moral y social acerca del futuro del personaje de Sofía Gala, quien debe decidir si conservar su profesión o cambiar de trabajo, lidiando con una serie de complicaciones que entorpecen su camino.
La idea inicial parte de un proyecto de cine independiente cuya intención era filmar un cortometraje que hablara de la prostitución en América Latina. Los quince primeros minutos de Alanis son el resultado del corto con el guion exacto, pero la colaboración con asociaciones como la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI) les permitieron investigar y profundizar en los derechos humanos y la realidad social a tratar. Una vez reunido el material, tuvieron tres intensas semanas de rodaje para dar forma al largometraje y procurando evitar un crecimiento notable del bebé. «Fue un proceso duro y muy amazónico. Con muchas mujeres al mando y con un resultado brillante», afirmó la directora en rueda de prensa de presentación en Donostia. «Me sorprendió porque era como si mi hijo entendiera lo que estaba pasando», sentenciaba la Alanis de carne y hueso.
Precisamente, lo que más aporta a la película es que Gala Castiglione expone su cuerpo de madre sin filtros, sin maquillaje ni estetización. Actúa junto a Dante que es su hijo en la vida real y no hay retoques, no hay engaño. Los dos dan lugar a una verdad cinematográfica mientras que, al mismo tiempo, son capaces de hacerte pensar que no existe un guion. «Enseñar un cuerpo no perfecto me parece lo más bello que hay», replicaba Bernedi. Pues sí, cierto es.
Hay tres factores relevantes en la película: la feminidad, la solidaridad entre mujeres y la segmentación. Los dos primeros son básicos para narrar la historia y dar sentido al final de la película. El último, sobre todo, es importante a nivel visual. El cuerpo de la mujer está dividido en dos roles que hacen referencia a la maternidad y a la sexualidad. Y paralelamente existe una división de espacios donde diferentes apartamentos, lugares y rincones representan la situación laboral -y personal- a la que se enfrenta Alanis.
Según opina la protagonista, «La mujer puede elegir como jugar con su cuerpo pero nadie debería obligarse por decisión moral. Algunas lo eligen por trabajo, y eso es lo que queríamos mostrar en la película».
- ¿Por qué verla?
La película Alanis esconde detrás una larga investigación para ver los procesos de estigmatización, rotación y tratamiento de la prostitución, especialmente en Argentina. Se ha construido con una mirada feminista pero no postula a las mujeres como heroínas ni como victimas, sino que mantiene una posición correcta y transparente desde la cual abordar la problemática. El discurso y las imágenes transmiten intimidad, credibilidad y naturalidad, sensaciones indispensables para entender la burocracia estatal y toda la crueldad que rodea a las trabajadoras sexuales. Se estrenó en Argentina el 21 de septiembre y oficialmente, este retrato humano y realista digno de ser visto llegará a los cines españoles el 15 de diciembre. Su equipo merece mucho ser «Gala-rdonado».
Valoración: ✮✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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Aquí el trailer: