CINE – INTERNACIONAL – CRÍTICA
El realizador de escenas de acción y supervisor de especialistas Federico Cueva –quien ha trabajado en películas como la saga Torrente de Santiago Segura o El Bar de Álex de la Iglesia- presenta su ópera primera como director: Sólo se vive una vez (You Only Live Once). Tras su estreno en Argentina en el mes de junio y la proyección en el Festival de Sitges de este año, el 12 de octubre llega a España esta coproducción entre ambos países. Una comedia de acción a gran escala que reúne a actores argentinos (Peter Lanzani, Pablo Rago o Darío Lopilato), franceses (Gerard Depardieu) y de nuestra tierra (Hugo Silva, Santiago Segura o Arancha Martí) sin más pretensiones que divertir al público.
Lanzani toma el papel protagonista del film y vemos como se distancia de su faceta más dulce y juvenil que le dio la fama. Aquí interpreta a Leo, un ex convicto que se dedica a estafar grabando encuentros sexuales entre su pareja (una sensual Eugenia “China” Suárez) y prestigiosos empresarios para negociar con consiguientes sobornos. Un día, el diplomático francés Duges (Gérard Depardieu en su salsa) manda asesinar a uno de los hombres delante de él, y sin querer Leo se convierte en testigo. Es entonces cuando, temiendo por su vida, echa a correr y opta por camuflarse en la comunidad de judíos ortodoxos de Buenos Aires.
De una forma inesperada, recibe en sus manos la patente de una importante fórmula solicitada por el grupo de mafiosos responsable del crimen, de modo que la impulsiva decisión de escapar acaba enfrentando al protagonista con el lugarteniente Tobías (el amiguete Segura en su línea habitual de payaso) y el agente ruso Harken (un desternillante Hugo Silva).
Todos los personajes -incluyendo también los secundarios- compiten en una larga carrera que se desarrolla entre numerosas explosiones, escenas violentas y diálogos humorísticos que tratan de quitar hierro al asunto. La película va ganando énfasis, velocidad y suspense a medida que avanza la trama, aunque el desenlace se hace de rogar y sin demasiada sorpresa.
A nivel visual, Sólo se vive una vez es muy potente. Tiene trucos visuales y efectos especiales propios del cine hollywoodiense que resultan ingeniosos y están bien articulados. Se nota cual es la especialidad del director. El mayor problema de la cinta es que el enredo que sustenta el guion de Sergio Esquenazi junta una agresividad forzada con gags que mayoritariamente giran en torno a la religión. Al principio las escenas cómicas funcionan, pero el tema que tratan es tan delicado que a la larga hacen tambalear la historia.
Desde fuera es divertido ver a Lanzani adquirir una nueva personalidad y esconderse en la sinagoga que precede el rabino Mendi (un atento Luis Brandoni). Desde dentro, nadie puede negar que crear una película irreverente que se burla –siempre con respeto y sin maldad- de religiones como el judaísmo ortodoxo es un ejercicio atrevido, igual que lo es aprovechar la existencia de un elenco internacional para añadir bromas sobre los idiomas y sus respectivos acentos. Sea como sea, tal como se ha dicho, técnicamente no hay quejas que valgan, y de la banda sonora de Alfonso G. Aguilar tampoco hay nada que objetar. Su mezcla de sonido actual con la orquesta sinfónica aparece siempre en los momentos precisos y logra descifrar el estado de ánimo de los personajes o la gravedad de la situación.
- ¿Por qué verla?
El hecho de que una película de acción se rija por disparos es lógico, pero encallarse en la idea de unir ese extremo con la comedia pura es un error porque si no surgen varias formas de transmitirla cansa al espectador. Sólo se vive una vez –que por cierto tiene un titulo que únicamente recuerda al hit de las Azúcar Moreno- no cierra el círculo narrativo y se queda a medio gas entre los géneros que pretende abarcar. Más que el relato, son los reconocidos actores que forman parte del largometraje los encargados de conseguir que el espectador pase un rato entretenido viendo “cine de evasión”. Santiago Segura, Premio Màquina del Tiemps enel 50 aniversario del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, utilizó ese término en la presentación del film en Sitges para referirse a ella como una obra que, a fin de cuentas, ayuda a comprender que la locura no está tan lejos de la cordura y que lo escatológico también puede avenirse con lo gracioso.
Valoración: ✮✮
Texto y fotos: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE
Aquí el trailer: