TEATRO – ESPAÑA – CRÍTICA
Los Vivancos son 6 hermanos que llevan el flamenco en la sangre, pero que se han ido formando para ser bailarines, músicos y acróbatas. Sí, todo al mismo tiempo. Hace dos años que crearon Nacidos para bailar, el espectáculo más rockero de toda su cantera. Lo que en principio suena a danza y música, es en realidad una mezcla extraña de taconeo, acrobacias, artes marciales, humor y alguna que otra canción tocada en directo con instrumentos de viento. Todo montado sobre una selección de bases musicales de míticos temas de rock. Hay riesgo y emoción, pero sentido como tal, más bien poco.
Elías, Judah, Josua, Cristo, Israel y Aarón se desplazan por el escenario sin parar de mover los pies (ni tampoco las manos). Lo hacen al compás del flamenco, acompañados por una banda sonora que combina clásicos como Beethoven, Tchaikovski o Mozart con leyendas del rock como Metallica, Deep Purple o Leonard Cohen. Un taconeo tras otro. Boca arriba y boca abajo; en las alturas o en el suelo; a paso lento y rápido. De todas las formas posibles. Nacidos para bailar está basado en un virtuosismo musical que al principio sorprende, pero que a la larga cansa.
Y más cuando las condiciones del teatro no son las mejores para este tipo de show que pretende ser dinámico y moderno. En el estreno en el Tivoli de Barcelona el pasado jueves 3 de mayo nos encontramos con demasiados focos y luces que ciegan, una plataforma de suelo donde los golpes de «claqué» no suenan limpios y una calidad de sonido mala, pues la música se sobreponía por encima de la percusión corporal y no se escuchaba bien cada paso.
A la hora de montar la escenografía, el grupo ha contado con el asesoramiento técnico del ingeniero espacial de la NASA Eduardo García Llama. Esta incorporación junto al uso de la tecnología futurista de E-Tecnileds en parte del vestuario, ha ayudado a crear algún que otro número curioso, actual y autómata. Hay un número de robots que, bajo mi opinión, salva el resto del espectáculo. Por originalidad más que nada.
Hacía mucho que no veía a tanta gente paseándose por el pasillo sin ningún pudor. No sé si abandonaban la sala por necesidades fisiológicas o qué, pero algunos no regresaron a su asiento. Me temo que poco a poco iban perdiendo interés por la obra, igual que me sucedió a mi. Las actuaciones se hacían muy largos y resultaban repetitivas, más allá del quebradero de cabeza causado por el retumbe de los altavoces eclipsando el taconeo. Fue una lástima no poder disfrutarlo como pensaba que haría, la verdad.
De todos modos, cabe destacar que para esta temporada han querido dar juego lanzando el lema #HagamosBailarAlMundo. Y quizá eso sea lo mejor del show, pues el objetivo de dicha iniciativa solidaria consiste en recaudar 75.000 € para la Fundación Querer, dedicada a la educación, investigación y difusión relacionadas con los niños con necesidades especiales derivadas de enfermedades neurológicas. El 24 de mayo celebrarán una gala especial cuyo beneficio irá íntegro a la fundación con la que colaboran, además de destinar un porcentaje de cada entrada de teatro.
- ¿Por qué verlo?
Los seis protagonistas son hijos de cuatro madres y un mismo padre, Pedro Vivancos, bailarín y músico de renombre. El vinculo y la pasión por el arte viene de sus raíces. Durante su trayectoria han cerrado más de mil actuaciones en 54 países distintos. Ahora, la gira les llevará a 17 ciudades españolas, donde ofrecerán 135 actuaciones benéficas en total. En Nacidos para bailar, Los Vivancos demuestran no tener miedo y dan ejemplo de su versatilidad al meterse en varios estilos. Y no solo me refiero a la danza sino que también hacen virguerías con el violonchelo de cinco cuerdas, la percusión, el saxofón, la flauta, el violín y el teclado. Guste más o guste menos, nadie puede negar su don musical. Hasta junio en Barcelona. Podéis consultar información y entradas
Valoración: ✮
Texto: Gemma Ribera
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