MÚSICA – INTERNACIONAL – CRÓNICA
La mítica agrupación británica ha vuelto a subirse a los escenarios después de 10 años. Sí, Queen. La ausencia de su estrella mediática es evidente, pero Adam Lambert, aunque nunca será Freddie Mercury, es un gran sustituto para los tiempos que corren. La diferencia de edad está de más, pues lo que realmente importa es que luce trajes igual de extravagantes, tiene un chorro de voz que también impresiona y puede presumir de un carisma que le hace simpatizar con el público y encajar a la perfección con el resto de la banda. Esta noche actúan en Barcelona, pero en esta ocasión cubrimos el concierto de Madrid en el Wizink Center: primera de las dos fechas en nuestro país dentro de su gira europea.
Actualmente, con la voluntad de conmemorar el 40 aniversario del álbum News of the World, cuentan con Adam Lambert como vocalista, pero no cabe duda de que el líder absoluto de Queen es Brian May, o al menos lo fue anoche, inseparable de Roger Taylor. Aunque, en el fondo, este tour tiene otro protagonista especial: «Frank the Robot». Incorporan en escena una animación del robot que ocupa la portada del disco publicado en 1977. La aterradora criatura fue quién dio un golpe a la pantalla donde se leía «Queen + Adam Lambert» y «subió el telón» para dar la bienvenida al joven cantante y a los músicos que desde el inicio comenzaron a dar cuerda a la guitarra y repiques de bateria.
Cual diva, con un micrófono rojo a conjunto con la vestimenta y unas plataformas, Adam Lambert fue paseandose por el escenario -alargado con una pasarela y una peninsula en el centro de la pista- casi siempre al lado de May. Iban interpretando clásicos como Play the Game o Another one bites the dust, y al turno de Bycicle hicieron aparecer una bicicleta.
¿Cambios de ropa? Cuatro o cinco. Y maquillado para no perder la costumbre. Un momento gracioso fue cuando Lambert se sentó encima de la cabeza de metal del robot para interpretar Killer Queen. Se veía que el ex-concursante del talent show American Idol UK estaba enorgullecido de compartir esta aventura con los veteranos músicos, y en todo momento se mostró agradecido y pidió ovaciones y aplausos para May y Taylor. «¿Podemos celebrar esta noche a Queen y a Freddie juntos?» solicitaba al público antes de dar paso a Don’t Stop Me Now. Sus deseos son órdenes, y los 17.400 asistentes no tardaron ni un segundo en ponerse a solemnizar.
Los parroquianos lo dieron todo. De principio a fin. Sonaron los grandes éxitos no solamente del disco cumpleañero sino de la trayectoria entera. I Want It All, Pretty little thing called love… El rock reinó en el Wizink Center hasta que el guitarrista hizo callar muchas bocas en su minuto de oro. Brian May se colocó encima de un taburete situado en la punta del escenario con su amante de seis cuerdas colgando del cuello y se dirigió al público en castellano. «Buenas noches, España […] entiendo donde estoy», comentaba. Con su breve discurso quiso dejar claro que son conscientes de que cada lugar al que van es distinto, por mucho que el amor por Queen y Mercury sea intocable.
Justo después ha cantado él mismo Love Of My Life utilizando una guitarra española, y el público se ha quedado atónito porque, gracias a la tecnología, Freddie Mercury hizo acto de presencia en las pantallas centrales para terminar el tema a dúo con él. Otra fantástica idea de May fue pedir luz en el recinto. No lo hizo para crear un ambiente mágico -que también, porque las linternas de los móviles daban más luz que los focos- sino para fotografiarse con la ayuda de un ‘palo selfie’ con los seguidores antes de continuar el show con Somebody To Love.
La luz aumentaba cada vez que el sonido de la batería cobraba fuerza. Roger Taylor actuó también como solista y participó en una «batalla» con el otro baterista. Una bola de discoteca girando sobre sus cabezas indicaba que la fiesta no podía parar. Turno para Under Pressure y I Want To Break Free. Los agudos de Lambert erizaron la piel a más de uno, sobre todo en Who Wants To Live Forever, pero también sorprendió con su potencial en Show Must Go On, Radio Ga Ga y la romántica y anhelada Bohemian Rhapsody. En ésta, las proyecciones recuperaron de nuevo la figura de Mercury.
El bis final fue apoteósico. Lambert, con una corona, hizo levantar los brazos al estadio al compás de We Will Rock You y concluyeron las más de dos horas de show con We Are The Champions y confeti, mucho confeti. El montaje del espectáculo es una pasada. Entre tecnologia, proyecciones, elementos móviles… las voces y la instrumentación se complementan y dan lugar a un show memorable. La gira europea consiste en un ciclo de doce conciertos. Esta noche, Barcelona.
Texto: Gemma Ribera
Fotos: Paula López > © COMOexplicARTE