MÚSICA – CATALUNYA – CRÓNICA
El Canibal Sound System es la fiesta que revoluciona los miércoles en Barcelona. Un evento urbano que tiene lugar en la Sala Apolo. Para celebrar los 15 años de existencia, este 20 de junio contó con la presencia de dos grupos en concierto: Doctor Krápula y Txarango. Los primeros son una eminencia en América Latina aunque en nuestro país no sean muy conocidos. Y los segundos se han colocado en el puesto número uno de la escena musical catalana, con un gran impacto en toda España. Txarango es una de las bandas más populares y con mayor proyección internacional actualmente.
Dado que esta pequeña cita barcelonesa se trata de una fiesta dedicada al mestizaje que combina ska, hip hop, cumbia, dancehall y reggae, anotar a la banda colombiana Doctor Krápula en el cartel resultó un descubrimiento acertado. Llevan 20 años sobre los escenarios promulgando por el mundo mensajes para sensibilizar a la sociedad con sus letras; protagonizando directos de esos que te dejan sin pilas de lo efusivos que son. Txarango fueron sus teloneros en Bogotá, y en su primera visita a la Ciudad Condal, las dos bandas se intercambiaron los papeles.
Las señas de identidad del grupo catalán son su animado carácter y su compromiso social. Seguramente por eso atrapan a jóvenes y no tan jóvenes. Después de saltar a escena con Benvinguts al llarg viatge y Resiste y grita, el vocalista Alguer Miquel pronunció sus primeras palabras en nombre de la banda: “Tocamos en el año 2012 en la Sala Apolo y desde entonces no lo habíamos vuelto a hacer. Esa noche nos cambió la vida porque hacía poco tiempo que habíamos decidido emprender este camino y tocar las canciones que escribimos. Nos llenó de satisfacción ver cómo la gente se las sabía y las cantaba por primera vez. […] Pensamos que debíamos guardar ese recuerdo porque no lo íbamos a vivir nunca más, pero por suerte nos ha pasado muchas otras veces. Esperamos que esta noche sea tan especial como la de aquél día. Que la música os acompañe”.
Este concierto en Barcelona forma parte de su nueva gira Freedom. Actuaron con igual o más fuerza y energía si cabe que Doctor Krápula, pero los chicos de Txarango tuvieron la mala suerte de que varios problemas técnicos les fastidiasen la dinámica del show. El aire acondicionado de la sala ya no funcionaba y, con el aforo de 1.300 personas completo, el calor iba subiendo. La instrumentación y los micrófonos llegaron a su máxima potencia y el diferencial del cuadro eléctrico falló no una vez ni dos, sino hasta en cuatro ocasiones a lo largo de la noche.
Esto implica quedarse sin sonido, pero la falta de profesionalidad en el mantenimiento y las instalaciones no es cosa suya, y Alguer y compañía montaron una fiesta en condiciones y sobrellevaron los problemas como pudieron. No pararon de agradecer al público la paciencia y para compensar, les permitieron cantar a gritos letras enteras.
Pusieron un toque de rumba catalana y adaptaron la canción El meu poble a las calles y la gente de Barcelona. Luego dejaron pasar a la romántica Somriurem. De su último álbum ‘El cor de la terra’ también sonaron Som foc, Ull de corall, El tren del temps, Mil ocells y Et recordo, ésta última dedicada a “las personas que ya no están”. A día de hoy continúan componiendo canciones con letras cargadas de sentimiento y con mucho ritmo, las cuales se fusionaron con viejas joyas como La vuelta al mundo o Músic de carrer.
La banda siempre ha estado muy ligada a causas solidarias. Están comprometidos con cambiar el mundo y hacen todo lo posible para ayudar a los más necesitados. Coincidiendo el concierto de Canibal Sound System con el Día Mundial del Refugiado, el líder de la formación explicó cuál es la situación actual en el Sáhara y en los campos de refugiados de Serbia gracias a que han vivido la experiencia de cerca. “Escribimos T’espero para los que viven al otro lado de los muros de Europa y lucha por una vida digna. Va por ellos”, aclamaban antes de interpretar ese tema tan significativo.
Apoyados por un previsible y extenso discurso social y político, entre las múltiples pausas que se dieron por culpa de los fallos técnicos el público aprovechó para levantar ‘esteladas’, hacer ‘castillos’ y reclamar “Independència” y “Llibertat”. Esto es algo que ya viene siendo costumbre en actos culturales de bandas catalanas que comparten un mismo deseo…
Podríamos decir que, de un modo u otro, las canciones protesta son la especialidad del grupo protagonista de la noche. Véase Esperança o Agafant l’horitzó (“No volem fum, no volem dreceres. Aquí no venim a fer volar banderes. Comptem amb tu, ara no pots fallar. Un dia u per tornar a començar…”). Vaya, que no vienen a hacer volar banderas, vienen a actuar y a dejar huella. ¡Y con su actitud guerrera consiguen mover a las masas!
Rescataron también No deixis de caminar y En caravana de discos anteriores, así como Quan tot s’enlaira, uno de los temas más emotivos que, justo cuando se colocaron en círculo en medio de la pista para cantar entre el público, cantaron desenchufados y con toda la sala coreando al unísono, al estilo unplugged. Para ir despidiéndose, entonaron su último single Una Lluna a l’aigua con el sonido funcionando a trompicones.
Después de Volveremos, anunciaron que el 13 de octubre ofrecerán un final de gira con el espectáculo Abaraka, incluido en la programación del 10º Festival Esperanzah del Prat de Llobregat. Una cita benéfica que cerrará la gira, con el que pretenden retirarse “más de un año”. La balada Compta amb mi no podía faltar y sirvió para concluir un show interrumpido pero igualmente inolvidable. Además, había varios amigos y compañeros de profesión en la sala que asistieron como espectadores, pero Che Sudaka fueron los únicos que aparecieron en el escenario para colaborar cantando con ambos grupos. ¡Un chute de alegría que no hay que menospreciar!
Texto y fotos: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE