MÚSICA – INTERNACIONAL – CRÓNICA
Camila Cabello, ex-componente de la girlband norteamericana Fifth Harmony, está cosechando éxito con su álbum debut en solitario. El pasado martes 26 de junio pisó Barcelona por primera vez como solista con su #NeverBeTheSameTour y salió encantada con el cariño recibido. Es una chica explosiva que, por suerte, tiene los pies en la Tierra. Es perfectamente consciente de que por encima de su físico está su voz, y sabe cómo sacarse partido. El Sant Jordi Club se llenó de jóvenes -en su mayoría chicas adolescentes- que la admiran y quieren seguir sus pasos. Y seguro que en Madrid, al día siguiente, igual.
Cantó 16 temas y estuvo poco más de una hora sobre el escenario, pero lo vivió tan intensamente que su humildad y su felicidad se contagiaron por toda la pista. Antes que ella, el grupo DRAX PROJECT ambientó el recinto. Sonaban bien, pero la gente había ido a ver a otra persona… Puntual, a las 21h, salió Camila Cabello, justo después de que en las pantallas se proyectara una intro audiovisual con imágenes de su trayectoria y primeros planos de sus ojos y su sonrisa (vídeo que sirvió también para cerrar el concierto).
Vestida de negro al estilo Michael Jackson y sin cambios de ropa más allá de deshacerse de algunas capas, apareció la protagonista de la noche. Interpretó el tema que da nombre al disco y a la gira, ‘Never Be the Same’. Acto seguido, ‘She Loves Control’ -con el cuerpo de baile capitaneado por dos bailarinas que la acompañaron en gran parte de sus actuaciones-, ‘Inside Out’ y ‘Bad Things’. En el repertorio incluyó también algunas covers además de sus temas propios, pero no hubo ni rastro de Fifth Harmony. Se nota que hizo borrón y cuenta nueva.
La intérprete, de raíces latinas, habla español a la perfección y se dirigió a su público en nuestro idioma, traduciendo simultáneamente lo que también decía en inglés. “Me siento increíble cuando les escucho cantar cada una de las letras de mis canciones. Gracias por todo el apoyo”, afirmaba emocionada. Coreografías, proyecciones y poco más. No había montado un gran espectáculo, precisamente para centrarse en su voz. Fue alternando trozos a capella que demostraban que allí no había playback. Es el caso de ‘Consequences’, canción que cantó entera al piano. A solas.
Después de ‘All These Years’ y para introducir ‘Something’s Gotta Give’, explicó que es una canción que escribió a raíz de una relación tóxica, pero que con el tiempo ha tomado otro significado. Mientras, en las pantallas había imágenes de manifestaciones contra la guerra, a favor de la paz, de la mujer, Black Lives Matter, etc. También aprovechó la ocasión para mencionar lo que le gusta España, y que le gustaría poder vivir aquí durante una temporada.
El momento más emotivo llegó a la hora de interpretar ‘Scar Tissue’. Cabello lo paró todo y se puso a hablar seriamente con las fans (sí, permitidme aquí referirme a ellas en femenino). Les pidió levantar el dedo meñique en símbolo de promesa porque, según explicó, cuando compuso esta canción, aprendió algo que quería que le prometieran que harían. “Cuando pasen un mal momento, trátense a ustedes mismas como tratarían a su mejor amiga”. Les pidió cumplir la promesa de no juzgarse, de no presionarse. “Deben respetarse y tener paciencia con ustedes mismas. Es muy importante”.
Para ‘In The Dark’ comentó que debía cantarse a oscuras, y pidió apagar todas las luces de la sala. También pidió a los fans que encendieran sus móviles, ya que todas las luces juntas creaban un efecto muy especial. De nuevo, demostró su gran técnica vocal cantando partes de ‘Real Friends’ a capella y sin micrófono, ante un público absolutamente silencioso. Tal era la admiración por la artista cubana.
Con ‘Know No Better’, tema original de Major Laezer, dijo que el que cantase más fuerte podría salir al escenario con ella. El silencio se sustituyó rápidamente por los gritos alocados de los/las fans, que cantaban cada una de las palabras como si les fuera la vida en ello. Finalmente subió un grupo de chicos y chicas, entre los cuales estaba una chica en silla de ruedas. “Cómo te llamas?” “Lucía”, respondía ella más alucinada que tímida. “¡Canta conmigo, Lucía!”. Y casi toda la cantó con ella.
Pre-cerró con ‘Into It’, abrazada a una bandera LGBT que alguien lanzó al escenario, y celebrando lo feliz que le hacía ver “tanta gente de diferentes lugares, backgrounds, orientaciones sexuales, unidos en un solo sitio por el poder de la música y el poder del amor”. Los fans querían más y más, y no había sonado su canción más conocida. Se pidieron bises. Y los hubo.
Cabello apareció de nuevo con la coreografía más preparada de la noche para su último single -a dúo con Pharrell Williams en la versión de estudio- ‘Sangria Wine’. Finalmente, sonó la esperada ‘Havana’. Cantó bajo un gigantesco atardecer cubano, clausurando el repertorio de su primera setlist propia. Y entre gritos, “I love you”s y aplausos, Camila y el sol abandonaron Barcelona esperando volver pronto.
Texto: Gemma Ribera
Fotos: Gisela Giralt > © COMOexplicARTE