GASTRONOMÍA – BARCELONA – RESTAURANTE
El restaurante Fismuler ha cruzado la frontera de Madrid a Barcelona. En la capital hace tiempo que ya está asentado como un lugar agradable donde degustar comida de mercado; próxima y de calidad. Ahora, para responsabilizarse del nuevo local abierto en la Ciudad Condal, Nino Redruello y el chef vasco Patxi Zumárraga han incorporado a Jaime Santianes a su equipo. De origen asturiano pero con corazón catalán, éste resulta ser un viejo amigo con quien compartieron aventuras en El Bulli, hace más de 15 años. Juntos han creado este espacio en los bajos del Hotel REC -en el barrio del Born- apostando por una gastronomía basada en alimentos ‘kilómetro cero’. Así es posible adaptar la cocina local y la dieta de los comensales al paso de las estaciones del año.
Comenzaron a servir lo mismo que en Fismuler Madrid, pero poco a poco han apuntado los gustos de la gente de Catalunya y han incluido ingredientes típicos de la costa mediterránea. Más mar y montaña. Menos platos de cuchara. Eso sí, que conste que en los fogones el chup-chup está presente. Las técnicas de elaboración no son fáciles por mucho que cuando los platos llegan a la mesa se vean sencillos.
Entre la luminosidad del local, la simplicidad de la decoración y el modernismo que desde el primer segundo se palpa tanto en el espacio como en el estilo de la carta y de la comida; a uno le apetece alargar la estancia y disfrutar de esta experiencia gastronómica sin prisas. Hay que tomarse el tiempo que sea necesario para escoger qué comer. A nuestro paso por el restaurante un mediodía, el propio Jaime Santianes nos hizo de guía y nos aconsejó.
Un aperitivo de la casa formado por un carpaccio de ternera con rábanos, mantequilla artesanal al punto de sal y pan nos sirvió para abrir boca. Todo unido tipo tosta. A partir de ahí fueron sacando platos. La dorada semi-curada con almendra y uva tiene un contraste de colores, texturas y sabores espectacular. Aunque para espectacular la tortilla de bacalao, con el huevo que casi se deshace.
Del pescado pasamos a unas lentejas con cigalitas y tocino. Parecía una paella, una propuesta muy original. Después, combinando carne, aparecieron quizá los dos platos más flojos de todos los que probamos: las alitas de pollo con clara de huevo, boniato y trufa -estaban crujientes pero el toque dulce tapaba el sabor a trufa- y las albóndigas de sepia, butifarra y acelga china -quizá demasiado fuerte para terminar-. El postre sí que nos sorprendió para bien: su famosa tarta de tres quesos -azul, fresco e idazábal- es un placer para los sentidos. Tan irresistible que nos hubiéramos comido dos porciones más.
Uno de los atractivos de Fismuler es también la bebida. Siempre podemos acompañar la elección sólida con una copa de cava, uno de sus vinos naturales o bien con una jarra de limonada casera si se prefiere tomar algo light y refrescante. La sangría de cava que pedimos nos encantó. Es cierto que su carta –que cambia a diario- invita a probar cualquiera de los platos, pero hablando de líquidos, deben saber que de noche, además de cenar, a menudo tienen música en directo. He aquí una buena excusa para pedir alguno de los cocktails, los cuales están hechos a partir de destilados que maceran ellos mismos. ¿Qué tal un vodka con pimienta de Jamaica, por ejemplo?
Ofrecen comidas y cenas de lunes a domingo. Resulta un sitio ideal para cuando te apetezca comer algo especial, aunque en realidad dicen que cada día hay algo que celebrar, así que… ¿por qué no acercarse a cotillear la carta?
- Tipo de cocina: De mercado.
- Precio: €€€
- Dirección: Hotel REC – Carrer del Rec Comtal, 19. 08003. Barcelona
Texto y fotos: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE
comoexplicarte.com 