TEATRO – CATALUNYA – CRÍTICA
Marc Angelet y Alejo Levis han diseñado una comedia que le va como anillo al dedo a Bruno Oro. Calificada como «futurista» por la temática y la estructura que engloba, Immortal es un monólogo que el actor cómico defiende como si amtes se hubiera reunido con Eduard Punset y éste le hubiera traspasado sus conocimientos y sus pensamientos acerca de la ciencia del futuro, la vida humana y la inmortalidad. Pero no todo es tan sencillo… ¿Acaso no supone problemas la eternidad?
Igual parándonos a pensar en 2017 o 2018, resulta curioso confiar en el poder de ser inmortal. El punto de partida del primer solo teatral de Bruno Oro se sitúa en 2319, y lo gracioso es que allí, 300 años más tarde, la gente permanece con vida para siempre, quieran o no.
El personaje principal es un padre que dialoga con su hijo sobre la muerte. Claramente se ve que está obsesionado con el tema, y por suerte o por desgracia, minutos después descubrimos que no es el único. Ingiere unas pastillas que le hacen perder la compostura (por no decir la cordura). y a partir de ahí aparece Oro en su máximo esplendor, dispuesto a hacer reír y pensar a los espectadores con su característico humor. Aunque se supone que en ese juego espacio-temporal es más mayor, mantiene la apariencia de sus 40 años actuales. Comienza actuando como un actor que está cansado de representar 95.000 funciones de una misma obra y en seguida vemos al intérprete mudar de piel.
El guion plantea la siguiente reflexión: hasta cuándo y hasta dónde es interesante y gratificante vivir la vida que estamos viviendo. Uno se da cuenta de esto a través de una treintena de personajes diferentes. Vemos en escena a Bruno Oro transformado en, por ejemplo, un publicista que propone al Vaticano una campaña para recuperar el sentido de la religión, o incluso disfrazado de la muerte, una personificación que esconde un trasfondo filosófico realmente atrayente. Metateatro en mayusculas.
El discurso de Immortal -en catalán y en castellano- va más lejos de la comedia fácil, pues se dota de un humor inteligente. El minimalismo y la simplicidad reinan en el Club Capitol; detrás de Oro han puesto unas cortinas donde se van proyectando vídeos e imágenes con las que interactua, y aunque hay muchos cambios de vestuario, se utilizan pocas prendas. Tampoco hace falta más, a decir verdad.
- ¿Por qué verla?
Bruno Oro comenzó su carrera profesional en los 2000 y no tardó mucho en convertirse en uno de los rostros más populares de la televisión autonómica catalana gracias a sus dotes como imitador y humorista -nadie olvidará su papel como doble de Artur Mas en Polònia-. Ahora, en esta producción de Hause & Richman pretende cautivar al gran público teniéndolos a pocos metros de distancia, cara a cara. La combinación del texto de los dos dramaturgos autores de la pieza con la actuación del polifacético actor es un acierto. En este experimento de una hora de duración hay dramatismo, si, pero las risas pasan por encima aunque se hable de la muerte. En cartel desde el 12 de septiembre. Información y entradas.
Valoración: ✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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