CRÓNICA: Barcelona es cómplice de lanueva etapa artística de Ruth Lorenzo

MÚSICA – ESPAÑA – CRÓNICA

Después de disfrutar de su directo, podemos corroborar que Ruth Lorenzo es una fiera escénica y vocal. La cantante y compositora está en plena presentación de Loveaholic, su último disco; y el pasado viernes asistimos a su concierto en el Teatre Coliseum de Barcelona programado dentro del 20º Festival Mil.lenni. Nos quedamos con la boca bien abierta. Cada vez que se sube a un escenario lo hace con garra, fuerza y mucha vitalidad, pero es que además, ésta vez se trataba de una ocasión especial.

Ruth Lorenzo viajó desde Murcia hasta el Reino Unido en el año 2008 para participar en el talent show “The X factor UK”. Allí enamoró al jurado del programa y al público británico y logró quedar finalista. Después de una extensa gira por tierras inglesas, en 2009 volvió a casa con energía y un arsenal de canciones bajo el brazo. Algunos artistas internacionales escribieron para ella, pero al mismo tiempo, ella fue componiendo para otros grupos.

Tras años de esfuerzo y constante trabajo, en 2014 anunció el lanzamiento de su primer álbum de estudio tras firmar con una nueva discográfica, justo cuando fue elegida para representar a España en Eurovisión con Dancing In The Rain. Tiene 3 EP’s, muchos singles y un segundo álbum de estudio publicado en 2018. La murciana considera que ha llegado la hora de adentrarse en una nueva etapa artística, y por eso ha decidido presentar en directo Loveaholic con un show renovado.

El concierto en Barcelona estuvo marcado por las canciones que contiene el disco, pero incluyó también temas inéditos y canciones versionadas. Al fin y al cabo, si ha conseguido realizarse como artista ha sido gracias a los covers que en su día interpretaba, más allá de tener una prodigiosa voz que nadie cuestiona. Abrió el show al ritmo de Bodies, con un foco central iluminando su figura y con una sobrefalda a la cintura, de la que poco después se desprendió para enseñar las mallas negras llenas de brillantes y transparencias que llevaba debajo. Siguió interpretando temas propios como The first Man, Freaks o el single Good girls don’t lie, y dejó claro que se desenvuelve bien con el pop, el blues, el rock o cualquier estilo musical que le propongas.

El teatro no estaba lleno al 100% pero había gente incluso en los palcos del primer y el segundo piso. Como no podía ser de otra forma, las primeras filas las ocupaban los miembros de su club de fans y otros seguidores. Orgullosos de volver a verla en concierto coreaban su nombre, cantaban cada canción desenfrenadamente y levantaban carteles y globos de corazones para mostrar su amor a la artista. “Os amo”, respondía ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Haciendo referencias constantes a experiencias vividas y a alguna que otra anécdota para introducir las distintas canciones, quiso agradecer a Ricardo Campoy, presidente de la compañía Roster Music que en ese entonces la tenía fichada, la confianza depositada en ella en 2014 y el hecho de animarla para presentarse como candidata a Eurovisión. Lorenzo quedó en 10ª posición de los 26 países participantes, es decir, fue una de las mejores de los últimos años. Para deleite de todos los presentes, decidió cantar Dancing in the Rain con un vestido largo y elegante de color blanco, y acompañada únicamente de Miquel Sala al piano  Un momento muy aplaudido.

De toda la banda de músicos, Sala es quien tuvo mayor protagonismo. Por un lado, porque, según explicó Ruth, compusieron juntos una canción para apoyar a Ari, una amiga de la familia de Sala que no logró superar un cáncer diagnosticado a los 16 años. “Allí arriba hay un lugar donde el dolor se transforma en lluvia derritiéndose con las nubes. […] Nos propusimos que cuando la canción estuviese acabada la íbamos a cantar en un teatro, y qué mejor que éste”. Crearon una fundación con el nombre de la joven y , en beneficio de ésta surgió When we get to heaven. Por otro lado, también destacó el pianista porque su hermano, Víctor Sala, fue invitado a subir al escenario para cantar a dúo con la protagonista de la noche. ¡Qué par de voces tan bien empastadas!

Para los cambios de vestuario, dejó un minuto de gloria para el piano, otro para la trompeta… que no se diga que no hay música detrás de su chorro de voz. El tercer look consistió en conjunto de top y falda rojo con flecos, similar al que luce Camila Cabello cuando canta y baila Havana. Ruth, entre otras canciones, puso por en medio una versión de Bamboleo de los Gipsy Kings que nos hizo mover a todos. Le prestaron una guitarra Alhambra roja decorada con cristales Swarovski al turno de Flamingos y Moscas Muertas, una de sus canciones más tranquilas y a su vez más coreadas.

Another Day iba a ser la última canción, pero no, faltaba un bis con un total black look muy callejero. Un bis donde la artista sacó su alma rockera a la luz y se puso al frente de la batería para mostrar A Better Man, uno de sus temas inéditos. Un bis donde. entre versión y versión, agudos imposibles, movimientos de cadera y de cabeza y compases de rock; coló Gigantes, uno de sus temas estrella que no podía quedarse en el bolsillo y con el que realizó una breve coreografía con bailarines. Cerró con Bring back the new. Sin duda, fue un concierto que sirvió para ver a una Ruth Lorenzo de armas tomar. Sensual. Simpática. Sonriente. Una Ruth Lorenzo «boracha de amor», feliz de hacer lo que hace y capaz de transmitir sus ganas de luchar por la música.

Texto y fotos: Gemma Ribera

© COMOexplicARTE

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