MÚSICA – BARCELONA – CRÓNICA
Cuatro años se ha pasado Alejandro Sanz sin publicar un álbum de estudio. Este mes de Abril, cuando muchos habían entendido ya su silencio, volvió con las pilas cargadas y #ElDisco entre las manos. Este fin de semana lo presentó en directo en el RCDE Stadium de Cornellà-El Prat ante unas 35.000 personas, recuperado ya de la salud y con las emociones a flor de piel.
Con veinte minutos de retraso, apareció vestido de negro, con la guitarra eléctrica colgando y rodeado de una extensa banda de doce músicos para comenzar el show al ritmo de Hoy que no estás. Después saltó al nuevo disco interpretando Azúcar en un bowl y ya dio paso a la primera gran sorpresa de la noche. “Quiero presentaros a una amiga que solo con su cercanía ya me cambia el pH del alma”. Nada más y nada menos que Shakira, con quien cantó La Tortura.
El cantante de Cádiz, afincado actualmente en Miami, tenía detrás una escenografía dominada por la tecnología. Una plataforma saliente y la constante proyección de vídeos con un grafismo moderno y cambiante en las pantallas permitió que sus movimientos se vieran desde cualquier punto del estadio blanquiazul.
Como ya viene siendo costumbre, sobre todo cuando se hace referencia a artistas veteranos, el repertorio se pasea entre temas nuevos y temas populares que suenan desde tiempo atrás. Así pues, No tengo nada -con la intervención aflamencada de Arcángel–, Deja que te bese o Capitán Tapón se vieron las caras con Te canto un son, Mi persona favorita o Back in The City. En éste último salió al escenario a bailar el grupo de danza urbana QDS Megacrew, invitados por el propio cantante tras su éxito en el programa televisivo Got Talent.
Sanz tiene una labia que seduce a cualquiera, con un espíritu poeta que deja ir cada vez que pronuncia un discurso o introduce una canción. Eso provoca una subida de sensibilidad emocional evidente, y más al comprobar que poco a poco iban llegando El tren de los momentos, Ella, Amiga mía o Mi Marciana. El público sacó globos con luz para iluminar el cielo a la llegada de El trato, un gesto inesperado para el protagonista que hizo que no pudiera evitar romper a llorar, parar de tocar y esperar unos instantes para recomponerse. Aplausos a sus pies. He aquí el momento más emotivo.
La catalana Judit Nedderman fue otra de las invitadas. Cantaron juntos Este segundo, ella en catalán y él en castellano. Un extenso discurso después de Quisiera ser y Yo te traigo, indicaba el final tras una hora y media de concierto, pero el público no se conformó y los gritos de “otra, otra” animaron a la banda a volver a salir. Y no precisamente para hacer un pequeño bis sino para tocar seis temas más.
Faltaron algunas canciones míticas como No me compares y otras de #ElDisco que dejó en el tintero, pero tomó esa decisión para poder alargar la retrospectiva con 20 años, El alma al aire, y varios medley en los que incluyó, de la manera más íntima posible, ¿Y si fuera ella?, Lo Sabes, ¿Lo ves? y el infalible Corazón partío, perfecto para terminar el show. De toda la banda, mención especial a Txell Sust, corista de Alejandro Sanz que tuvo momentos brillantes y que enamoró a todos con su potente voz visible en, por ejemplo, Looking for paradise. Una noche memorable.
Texto y fotos: Gemma Ribera
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