TEATRO – INTERNACIONAL – CRÓNICA
En esta nueva edición de FiraTàrrega, festival centrado en el teatro callejero y otras artes escénicas, la inauguración no fue la habitual. Por primera vez en su historia, se sustituyó el espectáculo por una conversación a cargo del filósofo Xavier Antich y Àngels Margarit IMercat de les Flors) con la moderación de Judit Carrera. Un debate sobre los usos sociales y artísticos del espacio público que acto seguido si que dio paso a la programación También es la primera vez que cuentan con una mujer en la dirección artística de FiraTàrrega: Anna Giribet. Todo muy novedoso y reivindicativo, para qué negarlo.
Las cifras hablan por sí solas: 990 profesionales de 552 entidades procedentes de 31 países han pasado por este evento cada día más reconocido y valorado en nuestro país y a nivel mundial. Una vez más nos desplazamos hacia la comarca de l’Urgell para ver de cerca cultura callejera (asistiendo a un par de obras de pago, que no está mal).
La compañía Delrevés – danza vertical abrió el primero de los cuatro días con Finale, una pieza basada en las premisas estéticas y conceptuales de la danza clásica de corta duración pero de gran impacto que nosotros pudimos ver el viernes por la noche. Justo antes, fuimos hasta la Escola Mª Mercè Marcal, apartada del centro, para ver Cafuné de Cia Du’K’tO. Un dúo acrobático que usa las caricias y los sentimientos para hablar sobre las relaciones humanas y el derecho de que la figura de la mujer sea igual a la del hombre.
En el ámbito del circo, Bucraá Circus con El Gran Final en la Plaça Major nos estaba cansando hasta que en los últimos minutos de show se salvó. Recuperar un número de payasos clásicos no siempre es fácil, pero a veces vale la pena ser paciente porque lo bueno llega precisamente al final. En el Parc Ondara se daba cita el teatro más festivo, o eso parecía. Lo comprobamos con la cía Horzmuga venida de Euskadi para hacernos mover el esqueleto con Bidaia. Tenía buena pinta pero los problemas de sonido y la incongruencia en la narración hicieron que la crítica política y social que intentaban transmitir no calara hondo. Más divertido fue Full House de Eléctrico 28, donde un solo hombre ponía voz a cuatro animales vecinos. Un ejemplo de cómo el teatro gestual y la música en vivo pueden dar un sentido a algo aparentemente surrealista.
Está bien que haya una tendencia poética de protestar y criticar asuntos que nos afectan a todos como el machismo, la violencia de género, la despreocupación por el medio ambiente, la situación política actual, etc. Las artes escénicas no dejan de ser una forma de expresión. Lo que pasa es que, por querer hacerlo tan abstracto, en ocasiones el contexto de las obras resulta demasiado extraño y cuesta disfrutarlas al cien por cien.
De todos modos, quizá el nivel de los espectáculos programados de forma gratuita haya bajado un poco bajo mi punto de vista, pero también tuvimos la suerte de encontrar piezas originales y sorprendentes, lo cual se agradece. Por las calles nos cruzamos un par de tardes con gente en silla de ruedas. A muchos les sorprendía, pero se trataba de la Mission Roosevelt de Tony Clifton Circus: un experimento social y urbano que usa este objeto tabú como protagonista. Sin actores ni beneficiarios únicos. Todo el mundo podía formar parte de esta pieza itinerante participando en el recorrido o observando cómo iban superando obstáculos. Un ejercicio curioso y valiente.
Hablando de itinerantes, este tipo de espectáculos es complicado engancharlos, pero esperamos pacientes en el punto de inicio y nos contagiamos de buen rollo con Possé de Sound de Secà. Esta banda interpreta una batucada convertida en una obra llena de ritmo y percusión, vínculo emocional y danza. Sin duda, una de las que tuvo mayor asistencia y, por tanto, de las favoritas. Y ya que estamos con las mejores, mencionamos otra de las apuestas más fuertes: Áureo de Uparte en la Plaça de les Nacions. Un juego de acrobacia y equilibrio que despertó más de un susto por la dificultad que comporta.
De los espectáculos de pago -que obtuvieron en total un 93% de ocupación- no nos quisimos perder CALMA! del famoso comediante y payaso Guillem Albà -que superó las expectativas iniciales- ni La Llista de Quim Bigas -ésta vez mudado a La Figuerosa-. Ya somos fieles admiradores de las creaciones de este joven coreógrafo que lleva años cautivando a los que visitan el municipio de Tàrrega por estas fechas.
Llegar hasta la feria de atracciones o la zona de conciertos implica cruzar calles repletas de señales con el cartel de “zona off”. Eso significa que músicos y artistas fuera del programa oficial tienen permiso para actuar y esperan distraerte cuando esperas entre horas. Ahí está la verdadera esencia de FiraTàrrega que espero no se pierda jamás.
Texto: Gemma Ribera
Fotos: Jordi Ferré + Gemma Ribera
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