CINE – INTERNACIONAL – CRÍTICA
En la pasada 67 edición del Festival internacional de cine de San Sebastián se estrenó en la sección Perlak la vigente ganadora de la Palma de oro del Festival de Cannes: Parasite de Bong-Joon Ho. ¿Preparados para desgranar las claves de una de las mejores películas de este 2019?
La película trata sobre las diferencias sociales en Corea del Sur a través del retrato de dos familias completamente distintas que se ven enmarañadas en una red de acciones y consecuencias completamente cómica y en ocasiones delirante (en el buen sentido).
La maestría del film y, por ende, de Bong-Joon Ho es como mantiene el complicado juego de géneros por el que se mueve la película, que pasa de ser una comedia suave al thriller más estresante en cuestión de minutos. Y es precisamente por lo sublime de Bong-Joon Ho en su propuesta formal que esta película sobresale entre todas las obras que se están estrenando este año, dentro del cine narrativo.
El principal atributo formal a través del cual Bong-Joon Ho articula Parasite es el movimiento de cámara. Esta es una obra en la que el travelling adquiere un papel fundamental en la significación y, en especial, interpretación (ya sea en clave cómica o tensionada) de lo que está ocurriendo.
La cámara se mueve cuando, como y hasta donde debe en cada momento necesario, ya sea acompañando a algún personaje en concreto o relacionando personajes y situaciones en el plano es este el principal mecanismo expresivo que Bong-Joon Ho utiliza en Parasite para manipular a su antojo al espectador (de nuevo en el buen sentido, esto es, como un buen narrador).
- ¿Por qué verla?
Parasite se erige como la obra cumbre de un director que ya se había presentado como una de las voces más interesantes y distintivas del cine coreano de este siglo, tan notable por por otra parte y con directores de la talla de Lee Chang-Dong y Park Chan-wook, y que aquí se confirma como uno de los grandes directores de la actualidad.
Valoración: ✮✮✮✮
Texto: Carlos Díaz
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Aquí el trailer: