TEATRO – BARCELONA – CRÍTICA
Pel Davant i Pel Darrera es una obra de teatro catalana muy popular y también muy particular. Popular porque a día de hoy se ha podido ver en 50 países distintos y se ha traducido a 28 idiomas. Y particular porque se trata de una sesión de metateatro, pues la historia va de un grupo de actores principiantes representando un vodevil. En esta alocada comedia el espectador, como el título indica, ve todo lo que ocurre delante y detrás del escenario.
La idea original es del dramaturgo inglés Michael Frayn, pero en España la pieza tiene ya un largo recorrido. Se estrenó en Barcelona el año 1985 y desde entonces se han podido ver diferentes versiones: La primera en el Teatre Condal; la segunda se representó en los teatros Victoria y Goya en 1996; en el 2002 hizo temporada en el Teatre Borràs; y en 2010 regresó al mismo. Fue en 2018 cuando Paco Mir (El Tricicle) se animó a reescribir la fórmula y, dado que la versión actual dirigida por Alexander Herold logró un éxito brutal de público, este invierno de 2019 han optado por volver de nuevo al Borràs.
La obra se desarrolla con las tres partes que forman cualquier cuento clásico: introducción, nudo y desenlace, pero a cada cual más caótica. En este caso, la primera parte equivale a un ensayo general, la segunda a una representación vista desde el backstage para mostrar los entresijos y los conflictos que hay entre medias, y por último, una representación final a lo grande desde la perspectiva habitual.
Hay nueve artistas en escena. Todos a la vez y con un gran nivel interpretativo. Son Lloll Bertran, Agnès Busquets, Aleix Albareda, Carme Pla, Miquel Sitjar, Lluís Villanueva, Xavier Serrat. Bernat Cot y Laia Alsina..Claro que la mayoría son veteranos por lo que a la comedia se refiere, pero aquí nadie destaca por encima de nadie. Se nota un trabajo coral porque cada actor da vida a un personaje igual de necesario y de divertido.
Puede que la pieza en sí resulte absurda y algo repetitiva en conjunto. Sin embargo, seguro que, al menos, todo aquél que acuda al teatro aplaude el decorado. Gran trabajo el de Jordi Bulbena para llegar a montar una casa unifamiliar de dos plantas que gira 180 grados para dejarnos ver la parte trasera.
- ¿Por qué verla?
Los gags cómicos son muy exagerados, pero está hecho a propósito. La obra pretende rendir homenaje a los profesionales de las artes escénicas, y lo hace con humor y desde el respeto. Unos se mueren de la risa, otros quizá vean este disparatado vodevil con elementos de la “alta comedia” inglesa tan solo como una pantomima. Sea como sea, la gracia está en que, en realidad, Pel Davant i Pel Darrera son dos comedias en una.
Valoración: ✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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