TEATRO – BARCELONA – PRESENTACIÓN
Concha Velasco lleva dos años protagonizando El Funeral, una comedia en la que se ríe de la muerte y de la vanidad de los artistas. Lejos de disipar el final de su carrera, la actriz de 80 años sigue pisando fuerte los escenarios. A partir del 12 de febrero la obra se representará en el Teatre Borràs de Barcelona, una sala que ella recuerda con cariño tras haber llenado todas las funciones de Reina Juana en 2017.
El Funeral cuenta con un “estilo de humor muy blanco pese a hablar de algo tan negro como la muerte”. Así la describió la propia Velasco en la rueda de prensa de presentación el pasado martes. El argumento gira entorno al velatorio de la gran actriz Lucrecia Conti, tan polifacética como la mujer que la interpreta. En el momento menos inesperado, Conti aparece cual fantasma para hablar por última vez. “La gente se asusta, pero no da miedo”, señalaba Velasco. La protagonista es capaz de convertir algo tan triste en una comedia de situación llena de gags sencillos “que busca la carcajada fácil».
La actriz tiene claro que Conti: “Es un personaje cercano a mi. Soy yo en grado superlativo”. Por eso le gusta dar vida a una compañera de profesión ficticia recién fallecida, o mejor dicho a su fantasma. Con el fin de hacer más llevadera la historia, hay otros personajes que le acompañan en escena. En Barcelona veremos a Pepe Ocio en la piel del mánager de Lucrecia Conti. Junto a él, coinciden en el velatorio Emmanuel Medina, Irene Gamell e Irene Soler, siendo ésta última ayudante de producción del montaje. En este caso, el equipo se ha atrevido a jugar con el bilingüismo. Dada la presencia de dos actrices catalanas, van a incluir algunas frases en en catalán en el texto para conectar con el público de forma más directa.
Esta obra supuestamente imaginativa también precisa de la participación de los asistentes, pues hay un libro de condolencias donde pueden escribir. “Al ver un ataúd y un cuadro con mi cara al fondo nada más empezar, la gente se cree que estoy muerta y me escribe cosas preciosas”, admitía la vallisoletana. “Guardo todos los libros porque son recuerdos muy bonitos”.
Y hablando de fallecidos y evocaciones, era imposible no sacar el tema de Paco Marsó, su gran amor. «Lo echo de menos pero la única que puede hablar mal de él soy yo y no quiero porque era muy simpático y divertido”. Sea como sea, Concha Velasco no le teme a la muerte. “Desde que hago El Funeral me veo allí tumbada muerta en escena y me voy acostumbrando”. Que nunca le falte la simpatía a esta mujer, por favor.
Texto: Gemma Ribera
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