TEATRO – BARCELONA – CRÍTICA
Edward Albee, autor de ‘La cabra, o qui és Sylvia?’, habla de los deseos oscuros. Es decir, aquellos deseos que por mucho que uno quiera no se pueden reprimir. Esta pieza teatral obtuvo gran reconocimiento en 2003 en Estados Unidos, pero fue Josep Maria Pou quien estrenó la versión catalana en el año 2005 en el Teatro Romea de Barcelona, ocupando el cargo de director y participando como actor protagonista. Tuvo mucho éxito y ahora la han vuelto a traer a los escenarios y se representa en La Villarroel hasta finales de marzo.
La acción se sitúa precisamente en Estados Unidos durante los años 90. Martin (Jordi Bosch) es un prestigioso arquitecto que acaba de ganar el premio Pritzker, o el Nobel de la arquitectura para los amigos. Su pareja Stevie (Emma Vilarasau) sospecha que el perfume que utiliza es especial y por ello cree que su marido le es infiel.
Martin está a la espera de recibir una entrevista por parte de un periodista amigo suyo y es ahí cuando le acaba confesando que se ha enamorado. A través de una carta de este amigo que traiciona la relación amistosa con Martin, Stevie pone nombre a la infidelidad de su marido: Silvia. A partir de esta revelación comienza el hundimiento de una familia que hasta entonces había llevado una vida envidiable y aparentemente «perfecta».
Los personajes se ven inmersos en una crisis que les hace replantearse todo lo que han vivido y entendido hasta ese momento y poco a poco van viendo, a la par que el espectador desde fuera, como la empatía entra dentro de los límites de lo que los seres humanos podemos comprender.
El texto, dirigido por Ivan Morales y traducido y versionado por Josep Maria Pou, hace cuestionar los límites del amor, el deseo sexual y la moralidad. Se pone en evidencia la existencia de los deseos más perturbadores y oscuros que existen en los seres humanos y nos explica cómo respondemos a ellos. Cabe destacar también la doble moral que expone el relato. Una reflexión acerca de si es lícito renunciar a las cosas que deseamos porque creemos que no están bien, o que nadie nos vea hacerlas por miedo al rechazo social.
‘La cabra, o qui es Silvia?’ es una obra teatral con diálogos ingeniosos y un repertorio de lujo que desarrolla una interpretación magistral. La complicidad es innegable entre los dos personajes principales. Jordi Bosch expresa a la perfección este cúmulo de sentimientos y su debate interno, mientras que Emma Vilarasau se come el escenario, siendo capaz de pasar del llanto a la rabia y a la desesperación de un instante a otro. Roger Vilà se gana al público sobre todo en el monólogo de la última escena, y Jordi Martínez cumple con su papel, aunque se queda quizá a un segundo nivel.
¿Por qué verla?
La obra es un canto a la libertad, un relato que narra de forma artística cómo romper con la hipocresía sexual y los miedos de uno mismo. Bravo también por la estructura y la traducción, además de las ya mencionadas interpretaciones.
Valoración: ✮✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
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