TEATRO – BARCELONA – CRÍTICA
Començar es la versión catalana de la comedia sentimental escrita por el dramaturgo británico David Eldridge, habitual del West End. Inaugura la temporada teatral de La Villarroel y cuenta con tan sólo dos protagonistas: David Verdaguer y Mar Ulldemolins. Interpretan a Dani y a Laura, dos desconocidos con un cierto declive de la salud mental que coinciden en una fiesta en casa de ella.
Los invitados se han marchado y Laura mira a Dani con cierta pasión. ¿Busca un rollo de una noche o algo más? Dani duda y no sabe si entrar en el juego. Mediante sus conversaciones, el espectador va descubriendo cómo son los dos perfiles. Por un lado, tenemos a una ejecutiva de éxito profesional que sufre un gran vacío emocional. Al otro lado, a un administrativo con un pasado muy doloroso, pero con muchas ganas de vivir el presente.
Verdaguer y Ulldemolins ya fueron pareja escénica en Un cop l’any, obra representada en el Teatro Poliorama en 2017. Es por esta razón que la complicidad entre ambos es más que evidente. De todos modos, el personaje femenino resulta más creíble, porque Mar es muy expresiva y pone mucha fuerza en cada una de sus palabras. Tanto es así que el espectador capta fácilmente como afloran los sentimientos de Laura sin ningún pudor, mucho más rápido que los de Dani. Entra en escena un David quizá demasiado encogido y tímido. Menos mal que nunca pierde esa vena cómica que le caracteriza.
Pau Carrió, director de la obra, ha logrado adaptarla hasta conseguir un diálogo de lo más hábil. Començar cuenta con la información dosificada de forma eficaz, una temática muy actual y unos toques de humor blanco que agilizan esta historia romántica. Prácticamente todas las piezas encajan. Lo que no convence y hace que uno se distancie de los personajes son unos largos y repetidos silencios dramáticos que generan desconcierto y pueden llegar a cansar.
¿Por qué verla?
Porque “habla de temas contemporáneos sin un discurso concreto ni ninguna solución al final de la obra», tal como aseguró el director en la presentación a los medios. Es un pasatiempo donde tampoco figuran los típicos rols del bueno y el malo, tan solo hay dos polos opuestos que se atraen. Además, la decoración recuerda claramente a un piso y los protagonistas se pasean por todo el escenario y lo llenan tanto que es inevitable alargar los aplausos finales.
Valoración: ✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE