CRÓNICA: Andrés Suárez vuelve a Barcelona y conquista la sala BARTS

MUSICA- ESPAÑA – CRÓNICA

«Vuelve… que te estoy confundiendo con las flores….» y volvió. Anoche Andrés Suárez llenó la sala BARTS a su regreso a Barcelona con el bandón y su último álbum Mi pequeña historia bajo el brazo. Ni siquiera la intensa lluvia logró frenar a nada ni a nadie y la elegancia y la naturalidad reinaron iluminando el escenario.

Él mismo ha dicho mil veces que Barcelona es una ciudad muy importante y especial para él y que procura visitarla cada seis meses aproximadamente, y por eso mismo, tras el concierto que ofreció para presentar el disco en la Sala Apolo el pasado mes de junio (pueden ver nuestra crónica aquí), ésta vez en la Barcelona Arts On Stage (BARTS) incluso se retiraron las butacas de la zona de pista para que la gente estuviera de pie no solo escuchando las canciones sino liberando energías y emociones, formando esa magia que solo se crea en sus conciertos.

Como es obvio, un artista que está de gira mantiene siempre  en cada concierto la misma estructura y se agarra a un guión y una tracklist previamente acordados, pero lo bonito es que, en el fondo, cada show es distinto según la interacción con el público, las posibles nuevas versiones o incluso la sorpresa de que aparezca algún invitado encima del escenario. En este caso, hubo de todo eso y más. El cantautor gallego interpretó algunas de las canciones de Mi pequeña historia y las combinó con varios éxitos de su apreciado disco Moraima; la mayoría de las veces en formato grupal -como Dublin, No saben de ti o Luz de pregonda, pero otras, como Necesitaba un vals para olvidarte, Si llueve en SevillaPequeña historia de Marina, en formato acústico. Y aún había espacio para, por un lado, recuperar canciones más antiguas -las cuales siempre son muy aclamadas- y darles un aire nuevo, como por ejemplo Así Fue, tema reinventado con un estilo folk o Perdón por los bailes, cantada hace tiempo a dúo con Pablo Milanés, y, por otro lado, enfrentarse, solo con su guitarra y voz, a las miradas, las lágrimas, las sonrisas y los aplausos de los asistentes a la hora de esperar la reacción a la propuesta de meter la canción 6+4 en un futuro disco, o, más difícil si cabe, solicitar dos minutos de silencio absoluto para cantar Benijo a capella y a baja luz.

Te doy media noche y Una noche de verano fueron tan intensas que erizaron la piel a más de uno, al igual que Vuelve -momento realmente emotivo en el que media canción fue cantada por sus seguidores- y Hace un año (320 días). Nos vemos capaces de certificar que ir a un concierto de Andrés Suárez es como subirse a una montaña rusa en un parque de atracciones cualquiera ya que la cantidad de sensaciones que se llegan a experimentar puede asimilarse. Anoche la lluvia cesó y nos hizo a todos un favor. No cabe duda de que en esas dos horas todos los retos se consiguieron, todos los sueños de cumplieron y todo fluyó. Hasta el rapero Nach, con quién ya había colaborado antes Andrés Suárez, compartió escenario con él por primera vez en este gran concierto. ¡Inesperada sorpresa!

La atmósfera que se generó fue gracias al enorme talento de los músicos, pero, con permiso, hay que destacar a Marino Díaz al piano, coros y violín, una auténtica delicia para los oídos. Hubo risas, historias, anécdotas y gritos por ambas partes, el artista y su público, pero sobre todo hubo mucha sinceridad y mucho amor en cada canción.

Estas últimas semanas, precisamente, aprovechando el tirón de la gira, el cantautor gallego y su equipo están grabando y publicando en las diversas plataformas digitales y redes sociales de contacto una serie de vídeos grabados en distintos lugares geográficos señalados que lleva por titulo «Rincones de mi pequeña historia» y que consiste en la realización de una versión acústica de las canciones más significantes de su trayectoria. (Pueden verlo aquí).

Si hay alguien que aun no encuentra motivos para escuchar su música o, mejor aún, ir a verle en directo… que se lo replantee, desde aquí, os animamos a hacerlo, ya que cada vez nos convence más. De hecho, ayer mismo recordó en voz alta el comienzo de una amistad, explicando que cuando en sus inicios tocaba en el metro, un día una mujer se acercó para adquirir su maqueta que costaba cinco euros, y le dio un billete de veinte asegurando que valía más dinero. Nunca sabes que va a pasar en un futuro, pero lo cierto es que los imposibles no existen y que con perseverancia, todo se consigue y alcanza su valor.

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Texto: Gemma Ribera
Fotos: Ana Isabel Garcia > © COMOexplicARTE

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