CINE – ESPAÑA – CRÍTICA
La «Trilogía del Baztán» de Dolores Redondo ya ha puesto un pie en la gran pantalla, y digamos que se trata del pie derecho. Bajo nuestro punto de vista, el director Fernando González Molina y su equipo han hecho un gran trabajo y han logrado que este thriller que cabalga entre lo real y lo sobrenatural sea fiel a la historia contada en formato papel. La adaptación cinematográfica de El guardián invisible, la primera de las tres novelas de la saga, va a estrenarse en cartelera el próximo 3 de marzo. En ella hay varios enredos familiares, una trama policial principal, un ejemplo de superación personal… todo comienza mezclado y está sustentado por el misterio, pero al final el circulo se cierra y se alcanza el equilibrio.
En el 64º Festival de San Sebastián pudimos disfrutar de un aperitivo de El guardían invisible y charlar con Redondo, con el director y con el resto de los responsables y protagonistas del film. Desde entonces esperábamos con ansias la fecha definitiva de estreno y la oportunidad de visionar la película al completo. Y hay que afirmar que no nos ha decepcionado.
La autora, ganadora del Premio Planeta 2016, no se esperaba que su best seller iba a cobrar una estética diferente, pero el director de Palmeras en la nieve (2015) lo tuvo claro desde el primer momento: la conversión de este otro éxito literario en un largometraje tenía que hacerse realidad. O, al menos, había que probar suerte con la primera parte.
Entre la selección del reparto, llegó Marta Etura para meterse en la piel de la inspectora Amaia Salazar. Etura es una intérprete que ha pasado de Mejor actriz revelación a Mejor actriz de reparto en poco tiempo, y que últimamente se ha coronando como con una de las mejores actrices protagonistas de nuestro país. Después de su reciente participación en El hombre de las mil caras (2016), regresa este 2017 al cine convertida en Salazar, dispuesta a volvernos a clavar su mirada cautivadora. Ella es la encargada de una investigación criminal que tiene aterrorizado al pueblo de Elizondo, en Navarra. Junto a Juan Carlos Librado ‘Nene’, que da vida al inspector Jonan Etxaide, deberá enfrentarse a las complejas derivaciones del caso de asesinato inicial mientras lucha contra sus propios fantasmas, se reencuentra con su familia y procura huir de la oscuridad del Valle de Baztan.
Las otras dos hermanas Salazar que acompañan a la intérprete vasca son la vallisoletana Elvira Minguez en la postura de la malvada Flora, y la vitoriana Patricia López encarnando a Rosaura. El relato rebosa de verdad gracias al trabajo de cásting. Yolanda Serrano y Eva Leira han elegido una combinación de caras conocidas y rostros novicios para satisfacer a González Molina. El director, orgulloso de su Pamplona natal, quería dotar de magia la historia, y lo cierto es que el hecho de tener un reparto tan variado le favorece. Francesc Orella, Manolo Solo, Pedro Casablanc, Paco Tous y Miquel Fernández son algunos de los nombres que componen el conjunto de actores, aunque cabe mencionar a Itziar Aizpuru, quién da vida a la mística pero a la vez adorable tía Engrasi.
Luiso Berdejo ha creado un guion que, sinceramente, es difícil decir que ha superado a la novela original. Aun así, engloba todos los aspectos necesarios con cariño y con suficiente precisión para que resulte una obra entretenida e intrigante. Trabajando desde una perspectiva feminista -un punto de vista pocas veces retratado pero muy necesario hoy en día- la cinta nos deja ver que el pasado de Amaia Salazar la martirizó pero que también la hizo una mujer fuerte. Cada movimiento en escena nos muestra que la preparadísima agente es una mujer valiente que no le teme a nada. Tan solo se acobarda cuando aparecen flashbacks que la invitan a mirar hacia atrás. La reiteración de la mirada perdida y su repentina fijación por lo que ocurre a su alrededor es un recurso que se articula mediante la observación de lo que pasa fuera. Para ello, Amaia Salazar mira tantas veces a través de los cristales empañados de la ventana que tiene cerca. Este gesto se repite -quizá demasiado- en varias ocasiones, pero a su vez es un elemento clave para introducirnos en la mente de la protagonista y captar sus instintos e intenciones.
Indudablemente, si hay algo que llama la atención de esta película es el contraste de luces y colores. Los interiores que huelen a hogar, es decir, los que son seguros, mantienen un tono cálido -aunque éste se apaga cuando resulta ser un lugar peligroso-. Por el contrario, los exteriores son siempre grises y fríos. La fotografía de Flavio Martinez Labiano es admirable, pues los paisajes enmarcan la lluvia como sinónimo de desafío teniendo en cuenta que, en la rutina de la inspectora jefe, cada decisión es un reto y puede traer consecuencias. Es una labor que no le permite parar, ni por culpa del temporal ni por sus enemigos.
- ¿Por qué verla?
El guardián invisible es un intenso thriller con un trasfondo dramático que presenta una encrucijada de caminos en la que lo racional y lo mítico se encuentran para engatusar al espectador. La realidad es tan brutal que las leyendas del Norte se ven «obligadas» a salir a la luz para así despejar la mente de los personajes y generar preguntas y respuestas tanto a ellos como al público. Adornado con una ambientación hipnótica, la cual nace de un contexto narrado con pulcritud, nos hace reflexionar sobre si la ficción puede, a veces, encajar en la vida cotidiana. El tema base que se emplea en este film es el maltrato de mujeres tanto físico como psicológico. Se exhibe de un modo violento e irreal, de acuerdo, pero al fin y al cabo es una cuestión que nos persigue en nuestro día a día sobre la cual conviene meditar. ¿Estamos ante un nuevo fenómeno cinematográfico español? El tiempo lo dirá, pero esta nueva apuesta de cine negro y femenino apunta maneras.
Valoración: ✮✮✮✮
Texto: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE
Aquí el trailer: