REVIEW: ‘Amar’, el primer largometraje de Esteban Crespo

amar

CINE – ESPAÑA – CRÍTICA

Esteban Crespo debuta en el largometraje con Amar, una intensa historia de amor que representa a toda una generación. Este film de carácter adolescente que afirma ser apto para todos los públicos llega después de un largo recorrido en el mundo de los cortometrajes. En la recámara se encuentra, por ejemplo, Aquel no era yo, cinta que le permitió estar nominado a los Óscar en 2014.

Según explicó el equipo en el 20º Festival de Málaga, el guion de la película estaba hecho 15 años atrás pero el director eligió descontextualizar las historias que incluía para tener dos cortos por separado. Uno de ellos es Amar (2005), que protagonizado por unos jóvenes Aida Folch y Alberto Ferreiro, contaba en tan solo 11 minutos como funciona el rol de dos amantes en plena fogosidad. Ahora, aunque conserva el mismo título, Mario Fernández Alonso le ha ayudado a reescribir el guion para adaptar la narración al paso del tiempo y a las tecnologías. Con un reparto encabezado esta vez por María Pedraza y Pol Monen, dicha película ha recuperado el principio pero se ha alargado hasta obtener la primera película como tal.

Amar no es una película de exaltación ni de amor al estilo Disney. Al contrario, muestra un amor duro, un amor puro y visceral. La relación entre los dos protagonistas está capitaneada por la locura. Cada decisión que toman es sinónimo de jugarse la vida y por ello hay celos, inexperiencia, errores, reconciliaciones y mucha, mucha pasión. Se trata de ese primer amor que te enseña a amar, justo cuando Cupido dispara la flecha sin avisar del componente tóxico que esconde.

Para dar con los actores idóneos, Crespo se puso a cotillear en las redes sociales y a seguir gente nueva en Instagram con el fin de ver como actúan y se relacionan los jóvenes hoy en día. Con la práctica de ese ejercicio de casting fue cuando apareció Maria Pedraza, quien por ese entonces era estudiante de interpretación. Contactaron, hicieron las entrevistas pertinentes y acabaron contando con ella para la película. Pol Monen, que ya es actor de cine y televisión, llegó por otro lado, pero también para quedarse. Pasaron un mes entero de ensayos en los que el director se ponía en manos de los intérpretes para poder adaptar el guion a su lenguaje y ver como surgía la relación.

Laura y Carlos, sus personajes, forman la pareja que concentra todas las miradas. No obstante, a su alrededor intervienen múltiples actores noveles que supuestamente aportan naturalidad al relato, aunque en el fondo resultan invisibles. La única adulta que se salva porque no es inexperta ni tampoco pasa desapercibida es la internacional Natalia Tena, que encarna a una madre adolescente.

Existen tres componentes que llaman la atención del film. En primer lugar, uno sonoro: la respiración. En segundo lugar, uno visual: la escena en que la pareja está conectados a través de dos máscaras antigás; y por último, un recurso técnico: la iluminación. La unión de estos tres elementos crea una atmósfera de lo más desconcertante. Nadie mejor que el propio director del film para explicar el significado: «El latido del amor como respiración es un elemento poético que se usa para mostrar que el aire pasa del uno al otro». Sus ojos son prejuiciosos pero con el tiempo consiguen convertir algo horrible en hermoso. Por esta razón utilizan las máscaras como fuente de aire puro y el acto sexual es tan luminoso, porque son instantes en los que se dejan llevar y no juzgan nada.

La intención de explorar la vida cotidiana de la pareja adolescente más allá de los momentos de intimidad es una buena idea si los diálogos son ricos en contenido. En cambio, cuando ves que las conversaciones procuran ser románticas pero son demasiado empalagosas y superficiales, sin querer la distancia que aleja el espectador de la historia, va In crescendo. Al hacer tan explícito lo erótico y dramatizar tanto la situación, parte de la verdad que pretende transmitir esta producción distribuida por Avalon se pierde por el camino; y es una lástima.

  • ¿Por qué verla?

Lo que propone Amar es un viaje que enseña posibles formas de descubrirse a uno mismo a través de los ojos del otro. El romance que expone la película es inmaduro y quizá no cumple con la voluntad del director de incorporar madurez para provocar sensaciones nuevas al espectador. Aun así, el concepto de amor es muy distinto dependiendo de la edad, de modo que aunque narre la vida de adolescentes no está hecha solo para adolescentes. Todo depende de como se mire.  En cines desde el 21 de abril.

Valoración: ✮✮

Texto: Gemma Ribera
© COMOexplicARTE

Aquí el trailer:

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