MÚSICA – ESPAÑA – CRÓNICA
Las luces de Neón iluminaron la Sala Apolo de Barcelona el pasado sábado mientras volamos a los pies de Fredi Leis. La edición actual del Guitar Fest BCN trajo de vuelta a la Ciudad Condal a este cantautor de Santiago de Compostela. Un artista completo que ya tiene un álbum debut que no para de darle alegrías, una extensa banda de músicos que le acompañan en los escenarios y una gira que empezó el año pasado y se ha alargado por aclamación popular.
La canción de autor renovada cuenta con un nombre que apunta alto. Un hombre que narra sus vivencias y sus historias de amor en forma de canción. Un hombre que aprendió a tocar el piano de forma autodidacta y ahora lo utiliza para componer. Un hombre de acento y corazón gallego pero habitante del mundo entero. Un hombre libre que lucha por su sueño.
Diez minutos pasaban de las nueve de la noche cuando sonaron las primeras notas de Fugitiva, la canción que, según explicaba Leis, incluye una de las frases que más le representan y le marcaron en su día. Es la primera frase que aprendió a decir en catalán: “Aún nos quedan muchos bares en los que pelearnos”. Un tema romántico donde los haya.
La gente se volcó desde el principio y cantó Vaya lío, Échame de menos y todo lo que vino después. Se notaba que había gallegos en la sala fieles seguidores de su música, pero también se veían parejas usando a Leis de Cupido y curiosos descubriendo su directo por primera vez. Desde COMOexplicARTE hace años que le seguimos la pista y anteriormente habíamos escuchado como suenan Los días grandes -que interpretó al piano- o La de los labios rojos. No obstante, los temas de su disco Neón nos enamoraron un poquito más si cabe. Véase Apenas o Sálvate.
Está bien conectar con el público y montar un karaoke participativo. Se puede entender que quiera marcarse un Freddie Mercury haciendo repetir onomatopeyas al público, De acuerdo. Lo que, personalmente, no veo muy normal es que si norma las canciones duran una media de tres minutos, ¿Qué necesidad hay de seguir y seguir con el estribillo o los versos finales como si no terminara nunca? Una vale, pero no hace falta alargar cada canción conforme la vas sintiendo más y más adentro. Igual que tampoco hace falta dejarse la voz de modo que acabes con las existencias de botellas de agua para recuperar el aliento… Querido Fredi, respira.
El concierto siguió después de un breve discurso a favor de “esa sensación que invade tu cuerpo cuando el amor llama a tu puerta”, una sensación que el protagonista de la noche ha sabido plasmar a la perfección con Estrellas fugaces y Mariposas, Orgulloso de su tierra, le cantó a Santiago y nos hizo bailar a todos al ritmo de Quiero Darte, el single junto a la chilena Cami que llegó a sonar en la radio.
Y de ahí pasamos a Disparo al aire. Al extremo contrario. A “una de las canciones más tristes que jamás he escrito”, según las propias palabras de Leis. Tiempo de baladas. Tiempo de Fuimos y de Guerra de Granadas y Sevillas, aunque a ésta última le dieron un giro más animado y la llenaron de fuerza. Tanto Carmela -guitarra y coros- como Leis lo tienen claro: En esta vida hay que ir “abriendo puertas y cerrando heridas”.
En el último momento, Carmela, Nacho -guitarra eléctrica-, Bruno -batería-, Ale -bajista- y Manu -teclado-, abandonaron el escenario, y a la que el vocalista se quedó solo, aprovechó para agradecer el apoyo recibido hasta el momento: “Mi sueño, mi día a día y mi ilusión la sostenéis vosotros. No sé qué haría si no me dedicara a la música. Pronto habrá novedades, pero por ahora no puedo contar nada más”. Volvieron y todos juntos tocaron Torre de control con una energía bestial y dos o tres bises de la misma canción. “Es la quinta vez que actuamos en tierras catalanas y estamos muy agradecidos”, confesaba mientras todos lo reafirmaban con la cabeza. Se nota todo el amor que le dais a Barcelona. Aquí os esperamos siempre con los brazos abiertos.
Texto: Gemma Ribera
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