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Cuando parecía que La la land había acumulado suficientes estatuillas y las tenía todas para llegar a la cima con el Oscar a Mejor película en sus manos, un cambio de sobre de último momento hizo saltar a Moonlight a escena: Escasos minutos después de que Warren Beatty y Faye Dunaway pronunciaran el título de la película musical, rectificaban otorgando el premio gordo al emotivo drama racial. «Habéis ganado vosotros. Lo digo en serio», comentaba el productor de la película al equipo rival. Un error histórico de la 89ª edición de los premios de la Academia de Hollywood que para muchos fue de imprevisto pero imperdonable y para otros, directamente fruto de manipulación. Quién sabe…
La favorita y revolucionaria cinta musical se quedó con mal sabor de boca porque de las catorce nominaciones obtuvo finalmente solo seis Oscars. Tal como era previsible, Emma Stone recogió el de Mejor actriz protagonista y Damien Chazelle el de Mejor director. En el apartado técnico el film se alzó con Mejor fotografía y Mejor diseño de producción y, como no podía ser menos, también ganó el Oscar a la Mejor Banda sonora y la Mejor canción original (City of stars).
Por su parte, la esperanzadora Moonlight se llevó otros dos premios además del galardón más importante. Mahershala Ali ganó en la categoria de Mejor aactor de reparto y los escritores Barry Jenkins y Tarell Alvin McCraney consiguieron el Oscar al Mejor guión adaptado.
La industria cinematográfica de Hollywood no está muy de acuerdo con las ideas y la mentalidad del reciente presidente de los Estados Unidos. Ya hace meses que varias estrellas exponen de forma pública su opinión acerca del mandato de Donald Trump, y en ésta ceremonia tan reconocida internacionalmente no han podido evitar lanzar mensajes en contra de su labor política. El que primero ha agarrado el arco y ha comenzado a disparar ha sido el cómico Jimmy Kimmel, encargado de presentar la gala, que una vez más se ha celebrado en el Dolby Theather de Los Ángeles. El maestro de cereonias se ha lucido con la ironía al enviar a Trump indirectas como: «Un aplauso inmerecido para Meryl Streep, la actriz más sobrevalorada de Hollywood”. La presidenta de la Academia Cheryl Bone Isaacs y otros actores también han subido al escenario para manifestar su voluntad de defender el arte y la cultura y eludir el racismo.
La estatuilla al Mejor actor principal ha sido para Casey Affleck por su papel en Manchester frente al mar. Por fin protagonista después de muchas películas como actor secundario, y parece que no le ha salido nada mal. Kenneth Lonergan ganó el premio a Mejor guion original por la misma película. Esta adaptación que proviene de una obra de teatro logró dos Oscars, para ellos anhelados y quizá por el público y la crítica inesperados.
Una lástima que Lion se quedara con el marcador a cero, aunque Sunny Pawar y Dev Patel causaron furor en la red carpet, tal como pasó en los Globos de Oro. ¿Y de Fences qué decir? Reconocer a Viola Davis como Mejor actriz de reparto es un gesto admirable pero nos podrían haber dado alguna sorpresa más.
Y un último apunte. Que el Oscar al Mejor Corto de Animación haya ido a parar a Piper es maravilloso, pero que el de Mejor Película de Animación sea para Zootrópolis deja mucho que desear viendo cuales eran las otras apuestas. Timecode, el cortometraje que viajó a L.A como único representante español en Hollywood tampoco ganó, pero podemos decir con orgullo que el equipo ha hecho un gran trabajo, y que pueden estar felices por su éxito. En general, este año la gala ha sido un tanto errática, con un palmarés repartido y con un final que va a traer cola, seguro.
Texto: Gemma Ribera
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